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Ataque contra la casa de Mobutu

Alfonso Armada

La noticia acaso derrote un poco más al dictador zaireño, Mobutu Sese Seko, convaleciente de un cáncer de próstata en Suiza. La mansión de Mobutu frente al espléndido lago Kivu, escenario de películas como La reina de África, vivió en la mañana del jueves una operación de comando digna de ser filmada. De tres barcazas desembarcó una unidad de comandos ante la mansión del dictador decano de África a las afueras de Goma, una de las innumerables casa de que Joseph Désiré, como era conocido antes de africanizar su nombre y su país, posee a lo largo y ancho del mundo. En apenas 20 minutos, los comandos del Ejército Patriótico Ruandés (EPR) asaltaron la finca, destruyeron la rampa lanzacohetes que apuntaba hacia el vecino país y volvieron sobre sus pasos sin sufrir un rasguño.Las tropas, tutsis del EPR, encabezadas por Paul Kagame, el hombre fuerte de Kigali, viceprimer ministro y ministro de Defensa, que ya demostró su eficacia contra el Ejército hutu en 1994, está demostrando al este de Zaire su capacidad militar. En la madrugada del pasado martes, otro comando de 20 hombres consiguió sacar limpiamente de Goma a más de seiscientos tutsis zaireños concentrados en una parroquia, sin que sufrieran una sola baja. De ahí que no resulte del todo desorbitado que Estados Unidos, país donde Kagame recibió formación militar y que ha apoyado desde primera hora al nuevo régimen ruandés, instara ayer a Kigali a no invadir Zaire: una diminuta nación a la conquista de un país 90 veces mayor, Parece claro que Ruanda no está sola. En Uganda, la plataforma estadounidense en África central, la guerrilla tutsi tuvo la oportunidad de curtirse en el combate junto al actual presidente, Yoweri Museveni, contra el dictador Milton Obote. Kagame llegó a ser jefe de la inteligencia militar ugandesa. Museveni, de origen tutsi, ha sabido agradecer los favores del pasado. También en el gigante surafricano ha encontrado Kagame el capital apoyo de su presidente, Nelson Mandela.

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