Los rebeldes tutsis y las tropas de Zaire luchan por Goma, cordón umbilical para los refugiados
Goma, la estratégica ciudad del este de Zaire en cuyas inmediaciones se concentran la mayor parte de los refugiados hutus huidos de Ruanda, se convirtió ayer en el principal objetivo de los rebeldes tutsis banyamulenges. El Ejército zaireño y los rebeldes intercambiaron fuego artillero y de mortero a sólo dos kilómetros al norte de la ciudad, y se disputaron el aeropuerto que, en todo caso, permanece cerrado. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), mientras tanto, ordenó evacuar a todo su personal de Goma, una ciudad que los rebeldes pretenden tomar en "dos días".
"Es una guerra. Esta mañana sentimos que los combates están muy cerca y que el círculo se estrecha", aseguró por teléfono desde Goma Panos Moumtzis, cooperante de ACNUR. Desde Gisenyi, localidad ruandesa cercana a Goma, otros cooperantes relataron que podía oirse el fuego artillero al otro lado de la frontera.El líder de los tutsis banyamulenges, Laurent Kabila, declaró ayer en un mitin multitudinario en Uvira, que cayó en sus manos hace una semana, que tomarán Goma en sólo "dos días". Kabila, de 56 años, coordinador jefe de la denominada Alianza Democrática de Fuerzas para la Liberación de Congo-Zaire, ya se opuso al régimen de Mobutu Sese Seko, el dictador zaireño, en los años sesenta. Añadió que sus fuerzas habían tomado el aeropuerto de Goma, que prácticamente controlaban Bukavu, así como toda la franja de territorio zaireño entre los lagos Kivu y Tanganika: de Uvira a Goma hay 250 kilómetros de frontera salpicados de campos de refugiados. 1,2 millones de hutus ruandeses y burundeses se refugiaban en esos campos. Ahora huyen a ninguna parte.La toma del aeropuerto de Goma fue desmentida por Kinshasa y por un enviado de la agencia France Presse que visitó el lugar por la mañana. Después de Goma, dijo Kabila, sus milicias irán hasta Kinshasa, a 1.600 kilómetros al oeste y sin carretera de conexión. El líder de los tutsis de Zaire sentenció que su lucha no cesará hasta "arrojar a Mobutu a la basura de la historia".Su método, sin embargo, tiene otras víctimas más inmediatas: los refugiados hutus en el este de Zaire. Paul Stromberg, el portavoz de ACNUR en Kigali, expresó ayer su convicción de que los tutsis banyamulenges están bloqueando deliberadamente todas las rutas de ayuda humanitaria a los refugiados. "Parece que su estrategia sea cortar las líneas de ayuda a los refugiados. Las carreteras [a Goma] son intransitables desde el 20 de octubre y ayer [el miércoles] se anunció la llegada para hoy [ayer jueves] de un vuelo de ayuda alimentaria a Goma. Y hoy [ayer] atacan el aeropuerto de Goma. Parece más que una mera coincidencia".Alguien más opinaba como Stromberg, pero ya no puede contarlo. El arzobispo de Bukavu, Christophe Munzihirwa, asesinado el miércoles por las milicias tutsis, acusó en su última pastoral a las autoridades ruandesas de hostigar la guerra en territorio de Zaire para evitar el regreso de los refugiados hutus a Ruanda. En Bukavu, relató un sacerdote, no han podido aún enterrar al arzobispo; ni siquiera ven posible trasladar su cadáver a la catedral.Las autoridades zaireñas también acusan a Ruanda y, en menor medida, a Burundi de armar a los banyamulenges, y rechazaron toda negociación mientras "fuerzas extranjeras", en referencia a los apoyos ruandeses a los rebeldes, ocupen su territorio. Desde Kinshasa, el viceprimer ministro acusó al Gobierno ruandés de haber desplegado 15 batallones con un total de 10.000 hombres en el frontera con Zaire. El primer ministro incluso acusó formalmente a Uganda de estar involucrada en el conflicto.La trampa mortal para los refugiados se concentra en Mugumba, un campo de refugiados al norte de Goma que ahora alberga al menos a 750.000 personas. Ya estaba hasta los topes con 400.000 desplazados, pero en los últimos días se han dirigido allí 160.000 huidos del campo de Kahindo y otros 200.000 de otros campos de la región."Mugumba se ha convertido en un imán. Todos vienen en la creencia de que es un lugar seguro. Hasta zaireños que viven cerca del aeropuerto [de Goma] quieren refugiarse en el campo", afirma Michelle Quintaglie, del Programa de la ONU para la Alimentación en Goma, quien añadió que pese al caos por la cercanía del frente de batalla ayer pudieron repartir algo de comida en Mugumba.
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