Borrell acusa al Gobierno de incumplir sus promesas electorales con los Presupuestos

El primer debate presupuestario para el Gobierno del PP que preside José María Aznar fue un duelo de altura entre dos primeras figuras parlamentarias, el vicepresidente y ministro de Economía, Rodrigo Rato, y el diputado socialista José Borrell. El PSOE cargó las tintas en "el gran engaño electoral del Gobierno" que sube la presión fiscal, baja los impuestos de los ricos, privatiza a toda velocidad y con torpeza, puede cargarse la sanidad pública y reduce artificialmente el déficit. Al panorama que pintó Borrell contestó Rato, negándolo todo y afirmando que los socialistas "no tienen alternativa". Acusó al anterior Gobierno de generar una deuda de 3,4 billones en las empresas públicas y destruir 70.000 empleos en este sector.

Borrell, que defendió en el Congreso la enmienda socialista a la totalidad de los Presupuestos del Estado para 1997, fue tajante: "Los Presupuestos quiebran todas, las falsas promesas electorales, sus engaños y su incoherencia". El ex ministro de Obras Públicas y Transportes se preguntó: "¿Dónde está la rebaja de cinco puntos en las cotizaciones sociales? ¿Dónde está la rebaja de impuestos?". Al contrario, el Gobierno sube la presión fiscal 0,38 puntos, según Borrell. El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, lo negó: "La presión fiscal se mantiene porque los ingresos crecen igual que la economía".Pese a estas críticas, Borrell dijo estar de acuerdo con los objetivos del Presupuesto; es decir la reducción del déficit y la inflación, la creación de empleo y la integración de España. en la unión monetaria europea, pero "en profundo desacuerdo con los instrumentos".

Rato le respondió: "Si ustedes están de acuerdo con los objetivos, deberían plantear una alternativa distinta, porque silos instrumentos son los que ustedes utilizaban, está claro que no se cumplen esos objetivos". Y dijo más: "Si ustedes siguieran gobernando, nadie confiaría en la incorporación de España a la unión monetaria".

Borrell aceptó el envite y lanzo un rosario de propuestas de gran calado económico: establecer una retención fiscal a cuenta para los fondos de inversión, quitar la deducción por inversión para las empresas, utilización completa de los fondos estructurales de la UE, y moratoria de un año para el nuevo sistema de financiación autonómica. Sobre estas bases "puede haber un diálogo y un consenso con el Gobierno", aseguró.

Rato aludió también a la necesidad de un consenso amplio, pero sin entrar en detalles. Con el apoyo de CiU y Coalición Canaria a los Presupuestos, el Gobierno tiene mayoría suficiente para sacarlos adelante. Además, cuenta con "el clima de confianza generado por la estabilidad política" y el beneplácito de los mercados. Con ello, el crecimiento del consumo y la inversión en que se basan estos Presupuestos está garantizado, según Rato.

"Trampas contables"

Borrell tildó este panorama de "voluntarista" y acusó al Gobierno de "hacer trampas contables" para conseguir reducir el déficit público. En 'su opinión, no es cierto que se haya resuelto el problema del endeudamiento de las empresas públicas, "sólo se ha cambiado de sitio". Rato le replicó que, con las medidas adoptadas, se da una mayor transparencia a la contabilidad del Estado y acusó al anterior Gobierno de generar una deuda de 3,4 billones y destruir 70.000 empleos en las empresas públicas.Para Borrell, existe el peligro de que se genere un nuevo agujero en la Seguridad Social de 250.000 millones por una deficiente previsión en los ingresos. "Al mismo tiempo que ustedes se hacen la foto [en referencia a la firma del pacto de Toledo], están socavando las bases del sistema público de pensiones", dijo.

La política de privatizaciones fue otro de los caballos de batalla del PSOE en el Congreso. "No nos gusta que vacíen a toda velocidad el arcón de las joyas de la abuela", dijo Borrell. Calificó "cariñosamente" al ministro de Industria Josep Piqué de "parlanchín" porque "cada vez que habla consigue que suba el precio de lo que quiere comprar y baje- el precio de lo que quiere vender".

Aznar, en una intervención ante los diputados del Partido Popular de la Comisión de Educación, Cultura y Deportes, a los que recibió por la mañana en La Moncloa, lamentó que "los españoles puedan echar en falta en el debate una alternativa programática del PSOE". "No basta con decir que se comparte una política presupuestaria rigurosa que nos permita cumplir con los requisitos de Maastricht si a continuación el PSOE se manifiesta contrario a cualquier medida que contribuya a ello".

El jefe del Gobierno arremetió contra González por su ausencia como portavoz en el debate. "Ya comprendo que a Felipe González le tiene que costar mucho dejar de hablar de abstracciones que a nadie interesa y bajar a la arena de lo concreto. Lo más importante es la incapacidad de su partido para presentar una política solvente y creíble".

Tras la sesión parlamentaria, Felipe González, calificó de "vivo e interesante" el debate y advirtió que "la historia no empieza ni acaba el 3 de marzo".