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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Teatro antiguo

Tengo yo la idea de que el esperpento de Valle-Inclán está en el interior de la obra, y en el lenguaje, y en lo que se cuenta; pero no en la forma de hablar Y moverse los personajes. No debe ser la idea de Tamayo, por lo menos ahora: hace 20 años vi su versión histórica -el estreno en España, aunque yo la vi en Caracas- y no me dio la sensación de que fuese así. Seguramente tendrá razón él; pero desde mi punto de vista, me parece mal. Un texto espléndido, del que alguna vez digo que creo que es la mejor obra de teatro española de todos los tiempos, se grita, se bambolea y vacila por los personajes eternamente borrachos. Se preparan las frases históricas de la obra, como se hacía en el teatro antiguo (es teatro antiguo), para que ni un solo espectador se las pierda. Todo esto destrozaría la obra si es que la obra fuera destrozable: pero está por encima de una mala dirección y una mala interpretación. Es un retrato de la España de siempre: la que precedió a la obra y la que la continúa. Sería utilísimo que los grandes hombres políticos que asistieron al estreno pudieran entender su lección. Quizá se la sepan: Aznar y Ana Botella se fueron en el descanso, pero estoy seguro de que la han visto y la han leído antes.El paseo nocturno de esta pieza itinerante, de una sinceridad más dura que salvaje, civilizada (es el dolor del civilizado que está en el país de los salvajes, en España), los encuentros con los protagonistas de ese país torpe y duro, desde el preso anarquista hasta el ministro de la Gobernación, de la taberna del hampa al cementerio, de la vida a la muerte, se sigue produciendo. El que no lo haya visto nunca, que acuda; luego, o antes, que lea la obra.

Luces de Bohemia

De Valle-Inclán. Música: Antón García Abril. Intérpretes: Carlos Ballesteros, Manuel de Blas, y otros. Compañía Lope de Vega. Dirección: José Tamayo. Teatro Bellas Artes, 10 de octubre.

No me refiero a la actitud del público, porque la obra se representaba como homenaje a Tamayo y a los 50 años de su Compañía Lope de Vega; estaba la clase política gobernante representada por sus más altos personajes y también algunas figuras de la cultura y del teatro (no siempre es lo mismo) y había un justo cariño en el ambiente a José Tamayo y a su largo y eficaz trabajo, y nadie quería limitarlo a esta obra.

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