Discurso suicida

En la edición de ayer, en las páginas de Andalucía, EL PAÍS informaba de la rueda de prensa convocada por los dos máximos responsables del Partido Popular en Andalucía, Juan Ojeda y Manuel Atencia, para dar a conocer, "tras entrevistarse el martes en Madrid con altos cargos del Ejecutivo de José María Aznar, incluido el ministro de Administraciones Públicas, Mariano Rajoy", las consecuencias del nuevo modelo de financiación autonómica para Andalucía. Según los dirigentes del PP, Andalucía "recibirá entre 1997 y el 2001 un total de 476.000 millones de ganancia con el nuevo modelo de financiación", y "la región incluso aumentará su participación relativa en el conjunto de la financiación autonómica del 24% al 24,5%". Y algo más: "En términos absolutos ninguna comunidad ganará más que Andalucía, y en términos relativos recibirá más que alguna de las comunidades ricas, aunque, sólo se ofreció el dato de Cataluña, que obtendrá entre 250.000. y 260.000 millones en el quinquenio".Creo que vale la pena que esta información se conozca no sólo en Andalucía, sino también en el resto del Estado. Y no para entrar en el debate de las cifras y de los porcentajes, ni en la cuestión de quién. gana más o quién gana menos. No es la veracidad de la información suministrada por los dirigentes andaluces del PP lo que interesa, sino la naturaleza misma de su discurso, que es suicida.

El PP es un partido español. No es una suma de partidos regionales. Y está en el Gobierno de la nación porque es un partido español. No sólo en el sentido de que tiene implantación en todo el territorio del Estado, sino también en el sentido de que la sociedad española en su conjunto lo reconoce con capacidad para ser portador de una política general de dirección del Estado. Esto es lo que comparte el PP con el PSOE. Por eso son las dos únicas opciones con posibilidades de dirección política de España.

Ese carácter del PP como partido nacional español, como partido de Gobierno de la nación, es el que pone en cuestión el discurso político de sus dirigentes andaluces. El Partido Popular no puede enviar a sus dirigentes. regionales a cada una de las comunidades autonómas a informar a los ciudadanos que ellos son los que más ganan con el nuevo modelo de financiación.

Aparte del infantilismo de la argumentación, el PP, con un discurso de este tipo, está rompiendo su columna vertebral como partido nacional español, como partido de Gobierno. El discurso del PP no puede ser el de que todo el mundo gana, sino que tendría que ser el de que el nuevo modelo no es territorialmente parcial. Lo que no quiere decir que sea exactamente igual para todos. Lo que los ciudadanos españoles, todos, los que votaron al PP y los que no 10 votaron, tenemos derecho a exigir del Gobierno de la nacion es que no sea un Gobierno parcial.

Es la parcialidad del nuevo modelo de financiación autonómica, la quiebra del equilibrio alcanzado en la integración de las distintas nacionalidades y regiones en la unidad política de España (utilizo palabras de Miquel Roca en el debate constituyente) a partir de la Constitución de 1978, lo que lo convierte en intolerable. Ésta es la sospecha que pesa sobre el nuevo sistema de financiación, y es lo que el Gobierno del Partido Popular tiene que despejar.

Con un discurso como el de los dirigentes del PP en Andalucía la sospecha no sólo no se despeja, sino que se confirma. Un partido nacional español, el partido del Gobierno de, la nación, o puede tener ese discurso. Es su propia razón de ser como partido de gobierno lo que está poniendo en juego.