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Reportaje:

Cultura obtiene "lecciones" del fallo del Prado

El accésit Jean Pierre Dürig cree que el cambio de Gobierno ha influido en el concurso

"El concurso no ha sido un fracaso sino una lección". El director general de Bellas Artes, Benigno Pendás, declaró ayer, en la apertura de la exposición de las 481 propuestas del concurso de ideas sobre la ampliación del Museo del Prado, que los trabajos demuestran que "no hay una sola idea perfecta y absoluta, hay muchas opiniones, enfoques y perspectivas, ricas y variadas, de las que se pueden obtener lecciones y eso es lo que va a hacer el ministerio". Los diez finalistas pudieron realizar ayer lo que no les pidió el jurado, explicar sus propuestas, ante un auditorio de estudiantes de arquitectura.

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La exposición, abierta hasta el 25 de octubre en el antiguo Museo Español de Arte Contemporáneo (MEAC), de la Ciudad Universitaria dé Madrid, contiene todo el material, con los nombres de sus autores, presentado al concurso internacional para la ampliación del Prado, por encargo del Ministerio de Educación y Ciencia, con la organización de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA). En la presentación de ayer no asistieron la ministra Esperanza Aguirre ni el presidente de la UIA, Jaime Duró, y contó con la presencia de los finalistas, salvo Rafael Moneo.Benigno Pendás manifestó que la exposición de todas las propuestas respondía a "un compromiso de objetividad y transparencia" desde el acuerdo par lamentario de la legislatura ante rior para situar el Prado en el siglo XXI con los adecuados espacios de exposiciones y servicios públicos. Frente a la polémica del fallo del jurado, que declaró por unanimidad desierto el primer premio y concedió dos accésit -al equipo español de Alberto Martínez y Beatriz Matos y al suizo Jean Pierre Dürig-, el di rector general de Bellas Artes se ñaló que el público dispone para una "crítica libre" los datos de la realidad, lo que han manejado los 13 miembros del jurado.

"El proceso de ampliación va a continuar", afirmó Pendás, "y en el proceso de adjudicación se tendrá en cuenta los resultados del concurso, con los finalistas y los accésit distinguidos". Añadió que la Administración pública tendrá "pleno respeto" en los contratos y en la propiedad intelectual.

El director del Prado, Fernando Checa, quien elabora un plan museográfico detallado para definir el futuro del museo, consideró el concurso como "un punto de partida y referencia para la ampliación, contando con las ideas valiosísimas del concurso". "La idea perfecta para todo el gran proyecto del Prado no se ha producido pero estas ideas y proyectos sirven para esta etapa de estudio y reflexión".Salvo el encuentro de Alberto Martínez y Beatriz Matos, uño de los accésit, con la ministra Esperanza Aguirre y el secretario de Estado de Cultura, Miguel Ángel Cortés, los finalistas no han tenido más contacto con la organización del concurso, salvo el envío, con retraso, del dinero estipulado en las bases.

Una fría carta

Los arquitectos señalaron ayer el trato distante por parte del jurado, que no les ha comentado sus propuestas. El suizo Jean Pierre Dürig dijo que había recibido "una fría carta" de ministra con la comunicación del fallo. En su opinión, "Ias normas eran estrictas y la organización de la UIA una garantía, pero creo que ha influido el cambio político entre las dos fases". Dürig se refiere a que la primera fase, con la selección de los diez finalistas, se hizo con la Administración socialista y el fallo del concurso con el Gobierno del Partido Popular, lo que modificó la composición del jurado, siendo la ministra Esperanza Aguirre la presidenta, además del secretario de Estado de Cultura y el nuevo director del museo, Fernando Checa.Los dos accésit acudieron a la presentación de la muestra en el antiguo MEAC pero no se presentaron -"no podemos ir hoy", dijo Alberto Martínez- a un acto público al que estaban invitados en el salón de actos de la Escuela de Arquitectura, situada a 50 metros del museo.

Ante los ocho paneles y maqueta, Alberto Martínez y Beatriz Matos comentaron que su propuesta se ajusta al programa para conseguir espacios de exposiciones en el edificio Villanueva, el Museo del Ejército y el Casón del Buen Retiro, junto con un anexo en el claustro de los Jerónimos, como un telón de fondo, para las funciones del museo. La intención es crear un espacio urbano que valore el edificio Villanueva y bajo esta plaza situar el acceso, vestíbulos y otros espacios públicos.

El suizo Jean Pierre Dürig, el otro accésit, declaró que conoce bien el Prado por sus frecuentes viajes a Madrid y al mismo tiempo "tengo la ventaja de la distancia". Su principal aportación es colocar un muro de 300 metros como una ampliación más en la parte trasera del museo y una plaza hasta el encuentro con un anexo en los Jerónimos y túneles de conexión para el Casón y el Museo del Ejército.

Este muro, que en la primera fase era continuo, con lucernarios, tiene ahora tres volúmenes, con el ritmo del edificio. En este, espacio se sitúan salas de exposiciones, entradas y lugares públicos; por un extremo toca el Jardín Botánico, donde también permanece la memria de Juan de Villanueva, y por el otro se señala con más altura el acceso público.

Dürig dice que busca el respeto al edificio neoclásico de Villanueva, incluso con la utilización del granito y ladrillo, pero quiere dejar clara la huella de la arquitectura actual a través de formas nuevas.

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