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Pujol anuncia que reclamará en el 2001 una financiación semejante al cupo vasco

La financiación autonómica pactada entre CIU y el PP -cesión del 30% del IRPF- no agota las aspiraciones de los nacionalistas catalanes, por mucho que la califiquen de "éxito político". Jordi Pujol anunció ayer al pronunciar una conferencia a militantes de su partido que dentro de cinco años, cuando termine la vigencia de la nueva fórmula, plantearán otra definitiva para financiar la Generalitat en la línea "de un pacto fiscal" entre Cataluña y el Gobierno central, con características similares al concierto económico vasco.

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A esto se refería Pujol cuando en los últimos días reclamaba la necesidad de que la financiación autonómica definitiva pudiera acordarse con los grandes partidos españoles, por encima de las coyunturas políticas y de la formación de mayorías en el Congreso.Este anuncio formaba parte de una lista de objetivos a medio y largo plazo del nacionalismo catalán, expuesta anoche por Pujol y que dibuja los planteamientos que formulará el líder nacionalista al presidente José María Aznar en una próxima reunión, una vez encarrilada la cesión del 30% del IRPF y el acuerdo presupuestario.

El pactó fiscal significa que la Generalitat ingresaría los impuestos recaudados a los catalanes y retornaría una parte al Gobierno central por dos conceptos: participación en los costes de mantenimiento del Estado y solidaridad con los territorios económica y socialmente menos de sarrollados. Esta fórmula de fi nanciación debería ser específica para Cataluña, adecuada "a su naturaleza y a sus objetivos".

A sus militantes, Pujol les sermoneó que tan malo es caer en el pesimismo y en el desengaño como huir hacia adelante con radicalismos independentistas. Al resto de España y en particular a las fuerzas mayoritarias les advirtió de que la política gradualista del nacionalismo catalán sólo es posible si se reconocen los derechos nacionales de Cataluña y el Estado asume a fondo su carácter plurinacional y plurilingüístico.

Una nación minoritaria puede tener o no tener Estado propio, pero siempre necesita todas las garantías que le otorga el derecho a tener Estado propio, dijo Pujol. "La organización del Estado español debe dar, por tanto, esta totalidad de garantías, y hoy no las da todavía", sea porque la Constitución y el Estatuto se quedan cortos, porque no se aplican totalmente o se aplican con criterios restrictivos, sea por inercias difíciles de vencer, enumeró.

¿Cuáles son esas garantías que Pujol reclama del Estado? "Algunas son de identidad y de reconocimiento de que Cataluña constituye dentro del Estado un hecho diferencial nacional, que es una nación dentro del Estado. De eso se deriva el reconocimiento del carácter plurinacional de España". Es necesario, además, que en el campo lingüístico y cultural, el régimen de que disponga Cataluña "sea de una gran libertad y del máximo de competencias". "Un régimen confederal" en este campo.

Para que la autonomía sea realmente política y no sólo administrativa, hay que interpretar el Estatuto y la Constitución de manera que las competencias sean menos compartidas y, además, la estructura del Estado debe adaptarse a su carácter plurinacional, y no sólo en cuestiones culturales y lingüísticas.

El presidente de la Generalitat reivindicó el derecho de todo pueblo a la autodeterminación y defendió la legitimidad de un planteamiento independentista democrático. Ahora bien, existe también un nacionalismo, el de CDC, que no renuncia al derecho a la autodeterminación, pero que ha optado por trabajar para el aumento progresivo del poder político y del reconocimiento institucional "en el marco del Estado español y de la Unión Europea".

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