Los astronomos españoles quieren entrar en el mayor observatorio europeo
La organización internacional ofrece participar en el telescopio gigante de Canarias
La astronomía española, que a pesar de su juventud, ha alcanzado una mayoría de edad reconocida internacionalmente, se encuentra ante "una gran oportunidad histórica", según se dijo en la asamblea anual de la Sociedad Española de. Astronomía (SEA), celebrada esta semana en San Sebastián. La oportunidad se debe a que el Observatorio Europeo Austral (ESO), organizacion fundada en 1962 que reúne a ocho países, está interesada en participar en el proyecto español del gran telescopio de Canarias en una negociación paralela a la de la entrada de España en la ESO.
La asamblea de la SEA ha votado una resolución a favor de una "acción conjunta" ESO+ telescopio que supondría contar con la necesaria participación internacional en el proyecto de Canarias y con el acceso de los científicos españoles a la organización y las infraestructuras del observatorio europeo, que tiene en construcción las mayores instalaciones astronómicas del mundo.Con 15 telescopios en La Silla (Chile) para observar el hemisferio sur del cielo y la construcción en marcha de cuatro telescopios gigantes en Cerro Parnal que estarán listos antes de final de siglo, el ESO es una potente institución astronómica internacional, con sede en Alemania, a la que España no pertenece. Como en todo club con instalaciones costosas, para entrar hay que resarcir económicamente a los socios que han pagado lo ya hecho. La entrada que le correspondería a España asciende a unos 3.500 millones de pesetas, explicó Riccardo Giacconi, director del ESO, y su cuota anual, establecida por el PIB de cada país miembro, supone un 9% del presupuesto anual del ESO (140 millones de marcos).
El otro componente de la negociación es el gran telescopio de Canarias, un proyecto aprobado, pero en espera de encontrar unos 6.000 millones de pesetas (más o menos la mitad del presupuesto total) y de recibir luz verde a su construcción e intalación en el observatorio del Roque de los Muchachos, en la isla de La Palma. Además, una de las condiciones establecidas es que cuente con la participación extranjera.
Contribuciones técnicas
Y aquí entra el ESO. "Estamos preparados para colaborar con la construcción y operación del telescopio español", dijo Giacconi en la II Reunión Científica de la SEA, en San Sebastián. La participación europea ascendería al 49% y la estrategia propuesta por el ESO es que España pague la cuota de ingreso y que el organismo internacional dedique ese dinero al telescopio de Canarias, haciendose cargo también del porcentaje correspondiente de los gastos de operación y desarrollo del mismo, unos 800 millones de pesetas anuales. "Desde nuestro punto de vista serían contribuciones técnicas equivalentes a estas cantidades", estimó el director del ESO."Iniciamos las conversaciones con España hace unos meses. Con el cambio de Gobierno ha variado el equipo negociador español y nos reuniremos por primera vez con los nuevos a finales de este mes", dijo Giacconi. La SEA acordó en su asamblea pedir ser incluida en estas negociaciones, que se esperan muy duras por la dificultad de encontrar los fondos necesarios en una época de fuertes restricciones.
La SEA que, con 325 miembros, agrupa al 80% de los astrónomos profesionales españoles, ha dado el apoyo a esta combinación de proyectos. Por un lado ESO+ telescopio significaría que los científicos españoles tendrían las puertas abiertas con pleno derecho a las instalaciones europeas y a su sistema de telescopios gigantes, que empezaran a funcionar dentro de poco. "Con el ESO, tendríamos una garantía de funcionamiento del telescopio de Canarias a largo plazo, una estabilidiad", dijo el astrónomo español Jon Marcaide, presidente electo de la SEA.
Mientras tanto, los planes del telescopio español de 10 metros prosiguen, explicó José Miguel Rodriguez Espinosa, del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y director científico del proyecto. "Estamos en la fase de diseño preliminar y con algunos prototipos, que debe terminar en mayo del año que viene; tras una nueva evaluación de un panel de expertos, pasaríamos al diseño detallado del telescopio", dijo Rodríguez Espinosa.
Varias empresas y centros universitarios, como la Politécnica de Barcelona y la Politécnica de Madrid, están ya trabajando en desarrollo de sensores y en cálculos para el telescopio. "La comunidad astronómica española está preparada para aprovechar los recursos a los que accedería de entrar en el ESO", afirmó Ramon Canals, astrofísico de la Universidad de Barcelona y presidente actual de la SEA.
Destacó además que "quedan muchas cosas por hacer y contratar en la instrumentación del VLT, y las empresas españolas". La instrumentación del telescopio -cámaras y detectores de la luz- se caracterizó en la asamblea como el punto débil español en este campo.
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