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Vattimo: "Los filósofos deben salir a la calle a luchar contra el absolutismo"

El autor italiano propugna la politización del pensamiento débil

El filósofo Gianni Vattimo (Turín, 1936) cree haber llegado al punto culminante de su pensamiento. El adalid del pensamiento débil, teoría que en su opinión ha sido "equivocadamente interpretada", reivindicó ayer "la emancipación y transformación del cristianismo" y "la bajada a la arena política de la filosofía". Los filósofos, dijo, deben salir del ámbito académico "y discutir con todo tipo de absolutismo". Estas y otras nuevas ideas forman tres ensayos inéditos de Vattimo, que ayer se presentaron en Madrid.

Filosofía, política, religión (Ediciones Nobel) incluye varios estudios sobre la obra del filósofo, además de dos conferencias no publicadas y un artículo que Vattimo escribió para la revista Micromega. En estos tres textos, el catedrático turinés realiza. el tránsito del pensamiento débil hacia una concepción filosófica global, basada "en la secularización de la moral y el arte, en el sentido de la historia y la religión, y en la convivencia de las Culturas y la democracia".La teoría del pensamiento débil ha sido malinterpretada", dice Vattimo en perfecto castellano. "Siempre se creyó que era la afirmación de la irracionalidad del mundo, una especie de concesión a la debilidad humana. Tal vez yo lo expresé mal al principio, pero lo que quiso ser, desde el comienzo, era una teoría con un sentido debilitador del proceso histórico, de las estructuras fuertes del mundo".

En los nuevos textos de Vattimo, subtitulados Más allá del pensamiento débil, hay "dos o tres indicaciones que ayudan a construir las nuevas implicaciones" de su vieja teoría. Vattimo pretende demostrar la politización del pensamiento débil a través de una idea básica: la verdad no existe, sólo es el resultado de interpretaciones subjetivas. "No hay objetividad, ni metafísica, ni visión del ser posible sin un acercamiento al momento histórico, a la época concreta. La filosofía sólo será verdadera, útil, si está integrada en el proceso histórico, político, si ofrece una interpretación de esos procesos".

Cristianismo

"Esa debilitación del sentido de la realidad camina junto a la secularización de la historia. El capitalismo, el racionalismo, no se pueden pensar sin el cnistianismo", añade Vattimo, pero esa secularización no es necesariamente rupturísta. "El cristianismo mismo tiene una escencia secularizadora: frente a los dioses naturales, el Dios-hombre (el Papa) implica la reducción de lo sagrado a dimensiones humanas".Y la historia debe ser entendida como una debilitación de la violencia: "La intolerancia es la verdadera violencia de este tiempo", dice Vattimo. "Pero una vez subrayada la importancia del cristianismo como vehículo de la historia, debemos recordar a la gente creyente, a los ateos, al Papa y a los curas que el cristianismo debe ser moderno".

Lo cual, para el filósofo, que afirma seguir creyendo que cree "de una forma dudosa", implica el compromiso activo de la filosofía: "La democracia es la verdad cristiana. Ésa, y no la del Papa, que sacraliza cosas absurdas como el sexo y la familia, es la interpretación. Es necesario introducir esa idea, abrir un diálogo entre el cristianismo y la filosofía. La filosofía lleva mucho tiempo dedicada a estudiar cosas estériles. Ha llegado el momento de salir a la calle, de chocar, de discutir, de animar a los crístianos a dialogar con otras religiones. Si la historia del mundo es la historia de Dios hecho hombre (según Marx y Hegel) demos al hombre un marco para situar su propia experiencia, tratemos de evitarle el tener que creer en disparates opuestos a la razón". El problema, acaba Vattimo, es que es más fácil creer en un poder omnímodo: "Tanto para los creyentes como para los ateos. Pero si esta teoría molesta a ambos, estamos en el buen camino".

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