Samper propone ante la Asamblea de la ONU crear un tribunal internacional antídrogas
Tratado por EE UU como un enemigo a quien ni siquiera se le permitió entrar en el país con su visado personal, el presidente colombiano, Ernesto Samper, usó ayer la tribuna de la Asamblea General de la ONU para proponer, en tono conciliatorio, la creación de un tribunal internacional que juzgue los casos de tráfico de drogas. Ayer también, el Gobierno de Colombia aceptó una de las más ansiadas demandas de Washington: el restablecimiento de un tratado de extradición que permita juzgar en territorio norteamericano a los jefes del narcotráfico detenidos en Colombia.El Gobierno colombiano anunció, por medio de una nota oficial emitida en Nueva York, que el tratado de extradición, al que se oponen los sectores nacionalistas de ese país, puede ser "un instrumento útil" para luchar contra la producción y consumo de drogas. El mismo comunicado advirtió, sin embargo, que su aprobación definitiva está condicionada al desarrollo de otras iniciativas legislativas en Colombia.
"El Gobierno apoya el debate nacional sobre la posibilidad del restablecimiento de la extradición para nacionales, pero sigue considerando inoportuna la tramitación de la iniciativa legislativa mientras no se aprueben los proyectos de ley sobre la extinción de dominio y aumentos de penas para la criminalidad organizada", afirma la nota.
Estados Unidos, que considera que no existen en Colombia las condiciones de seguridad adecuadas para juzgar a los narcotraficantes, ha hecho del respaldo al tratado de extradición una prueba de la sinceridad de los políticos colombianos en su batalla contra las drogas. Ninguna otra decisión podría causar más satisfacción en Washington.
La extradición de narcotraficantes a EE UU, donde son juzgados de forma mucho más severa que en su país de origen, es la cuasa de la guerra que el Estado colombiano libra desde hace 15 años contra las mafias que dirigen el comercio de drogas. El tratado de extradición con EE UU fue suspendido en 1991 y Samper se opuso a su reimplantación cuando llegó a la presidencia, en 1994. Desde entonces, el presidente colombiano ha sido objeto de fuertes críticas, en su mayor parte respaldadas por Washington, por su presunta debilidad en el combate al narcotráfico. Esas críticas surgieron a raíz de las acusaciones de que la campaña electoral de Samper fue parcialmente financiada por narcotraficantes.
El presidente Samper no se refirió específicamente al tratado con Estados Unidos -ni mencionó a este país por su nombre- en su discurso ante la 5lª Asamblea -General de las Naciones Unidas. Pero sí mencionó la extradición como uno de los instrumentos legales que la comunidad internacional debería considerar en la lucha contra las drogas. El jefe del Estado colombiano manifestó que es necesario internacionalizar el sistema de justicia antidrogas con la creación de un Tribunal Internacional contra el Crimen Organizado, "al cual los países signatarios someterían el procesamiento de delincuentes internacionales como traficantes de armas, narcotraficantes, blanqueadores de dinero y terroristas".
Samper propuso la creación de un comité de expertos para que estudie las características de ese tribunal, y sugirió que la primera reunión de ese comité se realice en el plazo de 120 días dentro de territorio colombiano.
Otra de las iniciativas que el presidente colombiano hizo en la Asamblea General fue la firma de un tratado mundial de cooperación judicial, a fin de que "ninguna nación pueda aceptar ser utilizada como refugio. o santuario dé la delincuencia organizada"
"Intercambio de pruebas"
Como parte de esa estrategia, Samper mencionó "el intercambio de pruebas, la penalización y confiscación judicial de bienes provenientes del narcotráfico y el terrorismo, la extradición y el desarrollo de cárceles de alta seguridad sometidas al control internacional".Con esta serie de propuestas, en un discurso integramente dedicado a ese tema, Ernesto Samper trató de demostrar que su Gobierno, al contrario de lo que se le acusa, es el más firme enemigo del narcotráfico. Uno de los principales propósitos de esa estrategia es la de conseguir su reconciliación con Estados Unidos, que retiró a Samper su visado y que ha tratado al presidente colombiano como a uno de los parias del mundo.
Ernesto Samper tuvo que entrar en territorio norteamericano con el visado diplomático especial que Washington está obligado a extender a los invitados de las Naciones Unidas. Aunque fuentes diplomáticas colombianas aseguraron que las autoridades norteamericanas no han obligado al presidente a permanecer en un radio de 40 kilómetros del edificio de la ONU -como ocurre con otros- dirigentes sin visado-, Samper no tiene previsto salirse de ese perimetro mientras permanezca en Estados Unidos. El jefe de Estado de Colombia regresará mañana a su país.
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