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Francia pide a España que se sume al proyecto para impulsar la industria europea de cine

Amonizar leyes y ayudas a la producción, entre las condiciones prioritarias

44 FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁNEn el transcurso del último festival de Venecia se hicieron públicos una serie de acuerdos entre los ministros de Cultura francés e italiano para el apoyo mutuo entre las cinematografías de los dos países. La fórmula adoptada es el llamado modelo francés. Marc Tessier, máximo responsable del Centro Nacional de la Cinematografia de Francia defiende la idea de "excepción cultural" y sueña con Italia y España como aliados en la creación de una industria europea.

"La pregunta a la que un país tiene que responderse es: ¿quiere o no tener una industria nacional de producción audiovisual? Si la respuesta es afirmativa no hay otra vía que la obligación de producción para todos los canales de televisión". Quien se muestra así de tajante es Marc Tessier, actual director del Centro Nacional de la Cinematografía francés, un hombre que maneja un presupuesto de 2.700 millones de francos (67.500 millones de pesetas) para ayudar a mantener con vida una industria cultural cuyos filmes siguen conservando el favor, según el año, de entre un 30% y un 40% del público del propio país, una proeza frente los porcentajes alemán (10%), italiano (24%), británico (10,5%) o español (11 %)."Cada país tiene su política cultural. No se trata de concebir Europa como excepción cultural, sino de saber que lo es cada país europeo, pero eso sólo es viable si armonizamos nuestras legislaciones, nuestros mecanismos de ayuda a la producción y obligamos a la televisión a invertir en ella".

El ministro de Cultura italiano, Walter Veltroni, acaba de lanzar un plan para reactivar su moribunda cinematografía. Se trata de una serie de medidas que van en la línea de las que rigen en Francia.

"La aproximación italiana, el que los dos países sepan ponerse de acuerdo, facilitar las coproducciones, va en favor de las dos industrias y culturas. Hay que demostrar con los hechos que una reglamentación que potencia la producción y su difusión es beneficiosa. El concepto mismo de excepción cultural es mejor comprendido en unos países que en otros. Francia, Italia y España podrían servir de ejemplo".Inferioridad de condiciones

Para Tessier, no hay que olvidar nunca que los cines europeos luchan en inferioridad de condiciones frente al norteamericano, que nos llega ya amortizado gracias a un enorme mercado interior del que controla el 96%. Eso, al margen de su calidad o de sus virtudes espectaculares, le permite copar además las horas de ficción de muchos canales televisivos, que pueden programar atractivos títulos estadounidenses a menos precio que filmes daneses, británicos, franceses o españoles.

. "El presupuesto del CNC para 1996 ha aumentado en un 3,2%. A pesar de que atravesamos una época de austeridad y restricciones, el Ministerio de Cultura y el Gobierno han creído que el cine sigue siendo una de las áreas que merecen un trato prioritario. En países de nuestra talla y tradición -y me refiero a Francia, pero también a Italia y España- es indispensable mantener ese esfuerzo de respaldo a la propia producción".Francia produce cada año unos 100 largometrajes, a los que hay que sumar otros 30 o 40 en los que participa como socio minoritario. Los reglamentos que rigen dichas coproducciones son complicados porque toman en consideración muchos parámetros. El CNC ha decidido simplificar las exigencias vigentes en Francia.

"Estoy convencido de que con ello vamos a lograr potenciar las coproducciones al mismo tiempo que logramos que los otros países también simplifiquen sus normas. Ahora iré al festival de San Sebastián acompañado de varios productores franceses, y espero participar en un encuentro con los españoles para que podamos explicamos lo que hacemos y necesitamos los unos y los otros".En los últimos diez años, la parte aportada por los productores galos a cada filme ha disminuido de manera importante: en 1986 suponía el 42,2% del total, mientras que en 1995 es de sólo el 26,6%; paralelamente, la televisión ha pasado de suponer un modesto 11% a convertirse en un socio que pone el 36,9%. '

"Para los canales de televisión, convertirse en coproductores en vez de meros difusores significa participar no sólo del riesgo financiero, sino también poder beneficiarse del éxito comercial de la explotación de una película. Si los franceses somos capaces de que nuestras producciones se vean en los cines y en las pequeñas pantallas de Italia al mismo tiempo que abrimos nuestras salas y nuestros televisores a imágenes italianas, habremos contribuido a hacer más rentables las inversiones en uno y otro país. Y eso es aún más evidente si el intercambio tiene una dimensión europea" .

Tessier, que durante anos se ocupó del área internacional de Canal +, sabe que dicho canal de televisión ha hecho su fortuna produciendo cine: en 1995 ha participado en la financiación de 101 largometrajes sobre un total de 141,y ha invertido en ellos una cifra en francos equivalente a 16.700 millones de pesetas. Y en cualquier caso, y en contra del tópico que presenta a nuestros vecinos como gente que sólo se interesa por sus cosas, en ese mismo año 1995, de los 141 filmes sólo 63 eran ciento por ciento franceses.

Un sistema'de gestión audiovisual

El Centro Nacional de Cinematografía (CNC) es una institución francesa que se ocupa de promover y financiar en parte la producción audiovisual destinada a cines y canales de televisión, pero también ayuda a distribuidores y exhibidores, organiza la llamada financiación especial, clasifica los filmes, se ocupa del depósito legal, mantiene la filmoteca y la escuela de cine, gestiona los fondos destinados a promover el cine en los antiguos países comunistas, tiende puentes para que escritores o músicos participen en la elaboración de guiones y bandas sonoras y ayuda también a festivales, a la promoción exterior del cine francés y otras actividades. Los 2.700 millones de francos que maneja en 1996 provienen de una tasa del 11% que grava cada entrada de cine vendida, sea para ver un filme francés o de otro país; del 5,5% de la cifra de negocios de las televisiones; de una pequeña tasa (1%) que se abona por cada vídeo vendido, y de una pequena ayuda ministerial.

El CNC ayuda a la producción de distintas maneras: de forma automática, otorgando un cierto dinero al productor en función del número de entradas vendidas por su último filme. Un millón de entradas equivale hoy a seis millones de francos (150 millones de pesetas) disponibles para una siguiente producción. En líneas generales, la ayuda automática equivale al 8,7% del presupuesto. Además, se conceden ayudas selectivas, que oscilan entre los 500.000 francos y los 3,5 millones, y que rondan el 6% de la inversión prevista. También están las soficas, fondos de inversión que se nutren de los impuestos de personas físicas o de sociedades que, vertiéndolos en ellos, reducen el montante de su IRPF y hacerse acreedores luego de inversiones en su proyecto. Las soficas aportaron en 1995 el 5,6% del dinero que sirvió para hacer películas. Según Marc Tessier, la desaparición del sistema de ayudas supondría, para el cine francés y de manera inmediata, reducir la producción a la mitad. Con él, el número de títulos realizado cada año se mantiene estable.

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