La detención del jefe de los ferrocarriles italianos indica que aún funciona el sistema de la corrupción

Italia se vio ayer sacudida por la detención de Lorenzo Necci, consejero delegado de los Ferrocarriles del Estado y uno de los gestores más conocidos y respetados del sector público. Necci fue detenido junto a un empresario ex democristiano y a un financiero bajo la acusación de que ser el centro de una organización político-empresarial para desviar comisiones ilegales de las obras de los ferrocarriles. Los políticos se dividieron ante esta noticia, que indica que el sistema de la corrupción ha sobrevivido al cambio de la clase política y a cuatro años de investigaciones judiciales.

Los hechos investigados por la fiscalía de La Spezia, localidad del sur de Génova, llegan hasta nuestros días, según se dijo ayer en ambientes próximos a los investigadores. Estos evitaron, sin embargo, cualquier contacto directo con la prensa y los abogados de los detenidos, que protestaron por la falta de información precisa sobre lo que estaba ocurriendo. Sobre los detenidos pesan los cargos de asociación para delinquir, peculado, corrupción, abuso de cargo público, estafa y falsificación contable.Francesco Pacini Bataglia, el segundo detenido durante el pasado fin de semana en su villa con playa privada de la localidad toscana de Porto Santo Stefano, es un financiero de 53 años residente en Suiza, donde es titular del banco Karfinco. Los magistrados de Milán le acusaron en 1993 de haber hecho de intermediario en el pago de la mayor comisión ilegal detectada en Italia, la pagada por el Ente Nazionali Idrocarburi (ENI) al disolverse la fusión Enimont.

Otro detenido es Emo Danesi, un ex diputado democristiano que se vio implicado en el escándalo de la logia masónica Propaganda Dos (P-2) y en la investigación sobre los fondos negros del grupo Montedison, el socio privado de Enimont. También ha sido detenida la secretaria de Necci.

Los fiscales de La Spezia tienen indicios de que, con ocasión de cada contrato importante, la dirección de los ferrocarriles se ponía en contacto con Pacini Bataglia y Danesi para que recaudaran comisiones entre los empresarios interesados y las desviaran hacia sociedades radicadas en paraísos fiscales a través de un complejo sistema de cuentas bancarias.

Lorenzo Necci, de 57 años, ligado al Partido Republicano, tuvo su propia sociedad de ingeniería para instalaciones petrolíferas hasta que, en 1975, fue nombrado consejero del ENI. Desde entonces no ha dejado el sector público. Fue presidente de Enimont en 1988. Dos años más tarde pasó a la dirección de los ferrocarriles y se ha mantenido en ella pese al derrumbamiento de la vieja clase política y a los relevos de Silvio Berlusconi, Lamberto Dini y Romano Prodi en la presidencia del Gobierno.

Dentro del centro derecha, el ex democristiano Rocco Butiglione afirmó ayer que la detención de Necci replantea el problema de la relación entre magistratura y política", y añadió: "Es posible que alguien ha querido cortarle las piernas a Necci antes de que entrara en política". Un portavoz de Alianza Nacional apoyó, en cambio, a los magistrados. En la mayoría de centro-izquierda, un portavoz de los verdes lamentó que el Gobierno no hubiera cesado antes a Necci mientras el vicepresidente del Gabinete, Walter Veltroni, se negó a comentar la actuación de los jueces y prometió a los sindicatos que continuarán las obras previstas en el ferrocarril.