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Sadam tiene sólo un minuto para huir

El lider iraquí modera su postura por temor a morir en un bombardeo

Seis minutos son poco tiempo, pero era justo lo que necesitaba el presidente iraquí, Sadam Husein, para ponerse a buen recaudo en caso de un ataque aéreo norteamericano contra sus escondites conocidos. Por eso, cuando Estados Unidos amplió la zona de exclusión aérea del paralelo 33 al 32, la semana pasada, cundieron temores serios en Bagdad.Fuentes iraquíes en Bagdad dijeron ayer a EL PAÍS que una de las razones por las cuales Irak decidió en el último momento tratar de desactivar el conflicto con Estados Unidos tiene que ver con el miedo de Sadam a que los bombarderos norteamericanos lo pulvericen ahora que hay poco tiempo para ocultarse.

Según las fuentes, una vez en vuelo hasta el paralelo 32, los cazas de EE UU podrían atacar los 14 palacios y refugios presidenciales de Bagdad en menos de 60 segundos. Poco tiempo para que cualquier alarma sea salvadora.

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Las fuentes indican que costó trabajo convencer a Sadam para que diera un giro radical a su desafiante postura, pero finalmente hace dos días anunció la suspensión "hasta nuevo aviso" de los ataques contra aviones aliados que operan dentro de las zonas de exclusión aérea en el norte y el sur del país. "Se impuso el criterio de los aparatos de seguridad, que le dijeron a Sadam que si no evitaba los ataques contra Bagdad tendrían a los pilotos norteamericanos sobre sus techos, buscando a su ilustre excelencia casa por casa", añaden las fuentes.

Esperanza

De momento, la sosegada actitud de Bagdad parece estar funcionando. El anuncio de la suspensión de los ataques contra las patrullas aéreas ha sido calificado como un gesto "alentador" por el Pentágono. Desde el punto de vista de Bagdad, anoche las declaraciones de la Casa Blanca son menos belicosas, y por ello infunden esperanzas de una paralización de los planes para atacar Bagdad. Nadie en esta ciudad, sin embargo, estaba anunciando oficialmente el final de la última crisis.Todo lo contrario. "Nada ha cambiado", dijo con preocupación un alto funcionario iraquí. La fuente del desengaño en Bagdad parecía ser anoche la actitud abiertamente ofensiva que ha adoptado Kuwait en las últimas horas. El emirato, que se ha convertido en el centro de convergencia de las fuerzas militares norteamericanas en la última crisis, dijo que la moderación expresada por Bagdad no es digna de confianza. El mensaje kuwaití a los militares norteamericanos, que no han interrumpido los preparativos para una ofensiva contra Irak, era que, a fin de introducir cierto grado de estabilidad en el golfo Pérsico, había que deshacerse de Sadam.

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Kuwait esperaba anoche la llegada del secretario de Defensa norteamericano, William Perry, que quiere inspeccionar el desplegue militar, incluyendo la llegada de los ocho superbombarderos F-117A Stealth Fighters y los 5.000 soldados que se sumarán a la fuerza existente en la zona de cerca de 30.000 hombres, que han sido puestos en estado de alerta máxima desde hace más de una semana.

"La crisis no será superada mientras Sadam esté en el poder", declaró ayer el ministro de información kuwaití, el jeque Saud Naser al Saud al Sabah. "Este juego del gato y el ratón. debe acabar. Queremos ver de una vez por todas el fin de este régimen, y a tal efecto hay que tomar medidas", expresó. El ministro dijo que la promesa iraquí de suspender sus ataques contra las patrullas aéreas de Estados Unidos, Francia y el Reino Unido "constituyen un elemento inaceptable. Las violaciones iraquíes continúan. Sadam encontró una manera de retirarse y está tratando de hacerlo. Es inaceptable".

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