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CRISIS EN MÉXICO

Zedillo dice que actuará frente al terrorismo "con toda la fuerza del Estado"

"El poder político se disputa con las reglas de la democracia, no con la irracionalidad del terrorismo". La voz cadenciosa con la que el presidente mexicano, Ernesto Zedillo, leía ayer ante el Congreso su segundo informe de Gobierno se alteró al llegar a este punto. La brutal irrupción de un nuevo grupo armado, el Ejército Popular Revolucionario (EPR), en la vida política mexicana era un capítulo no previsto en el balance presidencial hace tan sólo una semana. Zedillo se mostró tajante: frente a la violencia que pretende interrumpir la transición democrática, se actuará "con toda la fuerza del Estado".

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El presidente se había presentado ante el país con ademanes tranquilos y cierta soltura, cada vez más alejado de la tirantez que caracterizaba sus primeras intervenciones públicas. Tenía, eso sí, una tremenda cara de sueño. Zedillo, siguiendo los pasos de su antecesor, Carlos Salinas, ha ido aligerando el pomposo ritual de la presentación del informe anual, tradicionalmente concebido como una ceremonia de pleitesía de un Congreso títere a un monarca absoluto disfrazado de presidente republicano.El carácter trasnochado de este "rito predemocrático" y una coyuntura política y económica que, desde luego, no da pie para festejos, han hecho recomendable algunas- modificaciones. Eliminado ya el paseo en coche descubierto bajo lluvia de confetis, Zedillo suprimió el año pasado el llamado "besarnarios", en el que la clase política hacía fila durante horas para felicitar al presidente. Cuentan los anales que Salinas estrechó 1.500 manos en 1993.

Bajo el peso de la crisis, Zedillo presentó, como ya hiciera el año pasado, un discurso centrado en los principales problemas del país: la situación socioeconómica, la inseguridad y la democratización del régimen. Es en este último apartado donde el mandatario no dudó en blandir uno de los grandes logros de su gestión: el acuerdo de reforma electoral suscrito por todos los partidos el pasado mes de julio.

Nueva etapa

El pacto, que garantiza la autonomía de los órganos de poder electoral, regirá las elecciones que renovarán parcialmente el Congreso en 1997, año en que además los casi 17 millones de capitalinos elegirán por primera vez al jefe del Gobierno local. Los avances democratizadores que se están logrando, dijo el' presidente, "no marcan el fin del camino, sino el inicio de una nueva etapa". Y es ahora, añadió, cuando "menos que nunca puede justificarse la violencia"."Los mexicanos no admitimos que precisamente cuando estamos avanzando a una democracia plena surjan intentonas cruentas y caducas que en realidad pretenden cerrar el paso a la democracia e imponer su voluntad intolerante al país". Una fuerte ovación interrumpió el discurso. La sospecha de que las acciones del EPR, que han causado 17 muertos desde el miércoles, responden a oscuros intereses desestabilizadores es cada vez más firme entre políticos y analistas.

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Por esta razón, la ofensiva del grupo armado ha conseguido que la oposición cierre filas en tomo al mandatario. Por primera vez en los últimos años, los grupos políticos acordaron no interrumpir el discurso presidencial. Hubo una excepción: la de un diputado del izquierdista Partido de la Revolución Democrática que, con el rostro cubierto con una careta de cerdo, se puso a desplegar pancartas en el centro del hemiciclo. La llegada de un líder del sindicato ferroviario famoso por sus ganchos contundentes devolvió al arisco legislador a su escaño.

Junto la reforma electoral, Zedillo sacó otra carta esperanzadora de la baraja: la mejoría de los indicadores macroeconómicos tras casi dos años de un duro plan de ajuste. "La etapa de emergencia económica" que siguió a la brusca devaluación del peso en diciembre de 1994 "ha terminado". El Producto Interior Bruto creció en el segundo trimestre de este año un esperanzador 7,2% en relación con el mismo periodo del año anterior. La inflación ha disminuido de un 38% entre enero y agosto de 1995 a un 18,5% en 1996. Los mercados se han estabilizado, la balanza de pagos se consolida y el empleo se recupera. Las tasas de interés han bajado sustancialmente después de haber rebasado el 100% en 1995.

Alarde de sinceridad

En un alarde de sinceridad, sin embargo, el presidente reconoció lo que ya es un clamor popular: las mejoras macroeconómicas no tienen repercusión en las maltrechas economías domésticas. Ni lo tendrán por algún tiempo. "Es mi deber asentar que esto no tapará los daños que causó la crisis en el nivel de vida de la población", dijo Zedillo, que apeló de nuevo a la paciencia y al sacrificio de la población.El presidente reiteró también la voluntad del Gobierno para desentrañar los asesinatos políticos que desde 1993 han conmocionado la vida del país, especialmente el del candictato presidencial del oficial Partido de la Revolución Institucional (PRI), Luis Donaldo Colosio, en marzo de 1994. Precisamente el sábado se anunció el nombre del fiscal especial que asumirá el embrollado caso: se trata de Luis Raúl González, un profesor de Derecho que se aleja del perfil de "destacada personalidad" que se esperaba. El presidente instó a la Procuraduría a actuar "con apego a la ley, con libertad de criterio y sin reparar en sensacionalismos", en alusión, a la polémica gestión del anterior equipo investigador.

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