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Los psiquiatras aprueban un nuevo código ético

La relación con el paciente y la actitud ante la eutanasia y la tortura, objeto de la Declaración de Madrid

El psiquiatra debe ser consciente de las implicaciones éticas que derivan en la actualidad del ejercicio de su profesión y luchar por un tratamiento justo y equitativo de la enfermedad mental, según el nuevo código ético emanado del X Congreso Mundial de Psiquiatría que ayer se clausuró en Madrid. La eutanasia, la tortura, la pena de muerte la selección de sexo y son algunas de las situaciones para las que se proporcionan normas específicas de carácter ético, en lo que se ha denominado Declaración de Madrid, que sustituye al primer código ético, establecido en 1977. Este código de la Asociación Mundial de Psiquiatría intenta recoger los diversos cambios sociales y los nuevos descubrimientos médicos de la profesión psiquiátrica.

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Los psiquiatras señalan que en la medicina se combinan el arte de curar y la ciencia, y que donde mejor se refleja la dinámica de esta combinación es precisamente en la psiquiatría, una rama de la medicina especializada en el cuidado y la protección de aquellas personas que padecen a causa de enfermedades o discapacidades mentales. En la Declaración de Madrid se establecen normas éticas, restrictivas para algunas situaciones específicas que se resumen a continuación. El comité de ética promulgará próximamente normas similares para otras situaciones como la psicoterapia, las relaciones con la industria farmacéutica y el cambio de sexo.Eutanasia. La protección de la vida es una responsabilidad principal del médico. El psiquiatra debe ser consciente de que las opiniones de un paciente pueden estar distorsionadas por una enfermedad mental como la depresión. En estos casos, el deber del psiquiatra es el de tratar la enfermedad.

Tortura. Un psiquiatra no debe tomar parte en ningún proceso de tortura física o mental, aún cuando alguna autoridad intente forzar su participación.

Pena de muerte. El psiquiatra no debe participar bajo ningún concepto en ejecuciones legalmente autorizadas ni tampoco en la evaluación de la capacidad del reo en las que pudieran justificarse.

Selección de sexo. Un psiquiatra no debe participar bajo ninguna circunstancia en decisiones de interrupción de embarazo con el fin de seleccionar el sexo.

Trasplante de órganos. La función del psiquiatra es clarificar todo lo relacionado con la dona ción de órganos y no debe asumir el poder de decisión en nombre de los enfermos ni influir en sus decisiones. Debe proteger a sus pacientes y ayudarles a ejercer su autodeterminación.

Relación con el paciente

La relación psiquiatra-paciente es el principal objetivo general del nuevo código. Esta relación se debe basar, asegura la Asociación Mundial de Psiquiatría, en el respeto al paciente y estar orientada a su bienestar e integridad. El siguiente es un resumen de estas normas:El psiquiatra debe ayudar al paciente proporcionándole el mejor tratamiento disponible. Debe llevar a cabo intervenciones terapéuticas mínimamente restrictivas para la libertad del paciente.

Los psiquiatras deben mantenerse al tanto del desarrollo científico de su especialidad y dedicarse a la investigación.

La relación terapeuta-paciente se basa en la confianza mutua y el respeto, lo que permite al paciente tomar decisiones libres e informadas.

Si el paciente estuviera incapacitado o hubiera perdido su capacidad de juicio, el psiquiatra deberá consultar con su familia y, si fuera necesario, buscar consejo jurídico con el objeto de salvaguardar la dignidad humana y los derechos legales del paciente. No se debe llevar a cabo ningún tratamiento en contra de la voluntad del paciente, salvo que esto fuera necesario para salvaguardar su bienestar o el de sus allegados.

Cuando un psiquiatra evalúe a un paciente, debe informarle del propósito de la intervención y del uso que se hará de los resultados de la misma.

La información obtenida de la relación terapéutica es confidencial, y no se puede utilizar para objetivos personales del psiquiatra. La violación de esta confidencialidad sólo sería aceptada ante la posibilidad de serios daños físicos o mentales para, el paciente o para terceros.

Los pacientes con trastornos mentales son especialmente vulnerables a los procesos de investigación, por lo que el investigador deberá extremar las precauciones a la hora de incluir pacientes en estos procesos. Toda actividad investigadora deberá ser aprobada por un comite ético y las normas éticas deben aplicarse también a grupos de población e investigaciones epidemiológicas y sociológicas..

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