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Un invento con recogedor incorporado

Es una bolsa de plástico verde del tamaño de un pañuelo. De su interior emerge un pequeño recogedor de cartón. Al final del curioso cogedor hay una línea troquelada. Se corta y con la pieza de cartón que sobra se empuja el excremento canino. Sólo queda dar la vuelta al plástico para que queden atrapados en su interior la pala de cartón y la caca de perro. Y a la basura. Éste es un nuevo producto llamado Canki, que ha inventado la empresa Asagora, SL, afincada en Fuente el Saz.Por el momento, cuatro municipios madrileños se han animado a probar el artilugio: Madrid, San Sebastián de los Reyes, Alcalá de Henares y Getafe. Estas bolsas cuestan 12 pesetas la unidad y se venderán en paquetes de 30 a un precio final de 365 pesetas. Todo un negocio potencial si se tiene en cuenta que, según la empresa, existen 800.000 perros censados en la comunidad de Madrid y unos 200.000 vagabundeando por sus calles.

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Cacas sin remedio

Para Carlos Canal Luque, directivo de Asagora y uno de los promotores de la idea, "lo importante es crear el hábito en los ciudadanos de recoger las deposiciones de sus animales" y frenar así el odio creciente de muchos vecinos hacia los perros.

"Hemos hecho pruebas de todo tipo con excrementos de perros grandes y podemos asegurar que Canki puede con cualquier cosa a pesar de su aspecto frágil", explica Canal.

El Ayuntamiento de Madrid ha solicitado un lote de 50.000 bolsas para su campaña otoñal de educación canina. Alcalá de Henares tiene previsto adquirir 30.000 unidades de este producto. Getafe emprenderá una campaña, pero no ha especificado las bolsas que necesita.

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