Greenpeace lleva a la incineradora del Besós su campaña contra las dioxinas

La organización ecologista Greenpeace realizó ayer otra acción sorpresa para exigir el cierre de las incineradoras catalanas y se cebó esta vez contra la de Sant Adrià del Besós. Tres activistas escalaron una chimenea de 80 metros y desplegaron una pancarta con la inscripción Incineración no. Los operarios continuaron su trabajo ignorando a los ecologistas y no hubo ninguna detención.La delegación catalana de Greenpeace está rentabilizando la visita del barco Arctic Sunrise, que atracó el pasado miércoles en Barcelona. Sus tripulantes -activistas de varios países del mundo- participaron también el viernes en otra acción contra la incineradora de Montcada.

El Arctic Sunrise ha iniciado en Cataluña la campaña Por un Mediterráneo libre de dioxinas, y se ha trasladado ahora a Tarragona. Las dioxinas son sustancias químicas muy tóxicas que se generan en los procesos industriales relacionados con la fabricación de cloro y PVC, que las plantas incineradoras liberan a la atmosfera.

El consejero de Medio Ambiente de la Generalitat, Pere Macias, respondió ayer a la campaña de Greenpeace y aseguró que la normativa catalana "es de las más duras de Europa". "No nos parece mal esta campaña [de Greenpeace], siempre y cuando se diga que tratar bien los residuos resulta más caro", aseguró el consejero en una mesa redonda de la Universitat Catalana d'Estiu (UCE). "Los ciudadanos tendrán que pagar más porque el medio ambiente cuesta dinero", afirmó. La Generalitat iniciará en octubre del próximo año el plan de recogida selectiva de deshechos orgánicos con la implantación gradual de plantas de compostaje en todas las comarcas catalanas. Las dos primeras se están instalando en la Selva y el Baix Camp. Macias anunció que pretende extender estas plantas en toda Cataluña en el más breve periodo de tiempo pero precisó que "dependerá de la postura de cada ayuntamiento".