Biescas teme que la caída del turismo arruine la zona

Biescas suma a la tragedia humana la profunda preocupación por las repercusiones económicas que para el valle de Tena pueda tener la riada. A los 14 puestos de trabajo que se han perdido con la destrucción del cámping Las Nieves hay que añadir las anulaciones de reservas hoteleras y de otras actividades que se han producido desde el fatídico miércoles pasado.Javier Peña, el gerente de la Asociación de Hostelería de Huesca, explica la importancia de esta zona en el turismo pirenaico: "Aquí se concentra entre el 20% y el 30%, de la capacidad hotelera de la provincia". Luis Estaún, el alcalde de Biescas, no conoce en términos exactos cuánto aporta el turismo a la economía del área, pero advierte que, "básicamente, todo el valle vive directa o indirectamente de él y la ganadería se ha convertido en una actividad secundaria".

Las reservas hoteleras anuladas superan el 30%, según Peña, "no sólo afectan a Biescas y su valle; Jaca y el valle del río Aragón también están sufriendo las anulaciones". Desconoce hasta dónde pueden llegar las cifras, pero es rotundo al afirmar: "El verano está perdido. Agosto y septiembre son ya irrecuperables".

La preocupación alcanza a las empresas dedicadas a los deportes de aventura. Según Peña, "las anulaciones han sido totales. El descenso de barrancos, la escalada y otras actividades se han cancelado". Si la próxima semana no se recuperase la normalidad, llegarían las regulaciones de empleo.

La desaparición del cámping Las Nieves supone otro duro golpe para Biescas, una población de 800 habitantes. "Era de alto nivel. Atraía un turismo con notable poder adquisitivo. En verano había casi mil personas rotando de forma permanente y en invierno no bajaban de 300 los fines de semana", indica Peña.

El propietario de uno de los supermercados insiste en que "el cámping era fundamental": "Lo hemos acusado considerablemente en las ventas y lo malo es que esto puede seguir mucho tiempo".

Los problemas llegan al mercado ambulante que cada sábado abastece a una población que en verano se multiplica por seis. De la veintena de puestos que habitualmente se instalan sólo dos hicieron anteayer acto de presencia.

La avalancha de ministros, que los vecinos critican por su escasa eficacia, no ha servido para garantizar ayudas. Estaún recuerda: "No asumieron ningún compromiso específico". Pero deja abierta la puerta a la esperanza: "No era el momento de hacerlo".

El Gobierno de Aragón prevé que se declare la zona como catastrófica y el alcalde está convencido de que "las ayudas se concretarán de forma inmediata", pero matiza que "todavía no se han podido evaluar los daños".