Japon exige la inmediata prohibición de todas las pruebas nucleares
El primer ministro japonés, Ryutaro Hashimoto, se comprometió ayer a luchar contra la proliferación nuclear y anunció que para él será prioritario lograr que se firme lo antes posible el tratado que prohíbe todas las pruebas nucleares. Hashimoto hizo estas declaraciones durante el discurso pronunciado en la ceremonia conmemorativa del 51º aniversario del bombardeo de Hiroshima, que se celebró en el Parque de la Paz de la ciudad.
Más de 50.000 personas, entre ellas el primer ministro y miles de afectados y familiares de las víctimas, participaron en el acto oficial, cuyo momento más tenso y emotivo fue a las 8.15 de la mañana (15.15 hora peninsular española). A esa hora, hace más de medio siglo, el bombardero estadounidense B-29 Enola Gay lanzó el Little Boy, la primera bomba nuclear de la historia de la humanidad que mató instantáneamente a 80.000 personas.Los participantes rezaron en silencio por las víctimas, en una oración a la que se unieron todos los habitantes de Hiroshima y millones de japoneses que siguieron la ceremonia por televisión.
Hashimoto y el alcalde de la ciudad, Takahashi Hiraoka, subrayaron en sus discursos la importancia de que la comunidad internacional alcance pronto un acuerdo que permita la firma del tratado para la prohibición de las pruebas nucleares. "Corno primer ministro del único país del mundo que ha sufrido un ataque nuclear realizaré todos los esfuerzos a mi alcance para conseguir la firma del tratado", afirmó.
Al igual que otros años, Hiraoka depositó con guantes blancos en el cenotafio conmemorativo la lista de las víctimas de las radiaciones que fallecieron durante el último año. Con los 5.030 nuevos nombres, la cifra total de muertos asciende a 197.045 personas.
Toshiko Saeki, una anciana de Hiroshima que perdió a 11 miembros de su familia en el bombardeo, pasó la noche entera en el parque y participó más tarde en la ceremonia. Toshiko ha visitado todos los días de su vida el Parque de la Paz, desde que vio cómo la bomba redujo a su madre a un esqueleto carbonizado y desdibujó la cara de sus hermanos. "Si existe el infierno, Hiroshima lo fue ese día", dijo Toshiko. "Hiroshima nunca envejecerá y permanecerá para siempre. Todo lo que puedo decir es que hasta que hayan desaparecido todas las armas que puedan destruir al hombre, nunca olviden Hiroshima".
Al caer el sol, los ciudadanos lanzaron al río que cruza la ciudad más de 10.000 linternas de papel que, según la creencia budista, alumbran el camino de vuelta al más allá a las almas que vienen a visitar el mundo terrenal.
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