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El director del Prado anuncia el plan para repartir los cuadros del museo entre cuatro edificios

El claustro de los Jerónimos albergará las pinturas del XIX y el área de servicio

Javier Sampedro

Sin esperar a conocer el ganador del con curso para la ampliación del Museo del Prado, su director, Fernando Checa, ha decidido ya cómo repartir los cuadros entre los cuatro edificios que, según él espera, ocupará la pinacoteca. La actual sede exhibirá una muestra "más selecta que ahora" del periodo entre las pinturas románicas y Goya. El hasta ahora Museo del Ejército se reservará para la pintura italiana, francesa y española con una moderada demanda de visitantes. Las obras del siglo XIX se trasladarán al claustro de los Jerónimos, y el Casón albergará muestras temporales.

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La extensión del Museo del Prado a otros tres edificios ha sido objeto esta semana de una inflamada polémica, desatada por el arquitecto británico Norman Foster al dar a conocer, fuera de concurso, un proyecto de ampliación restringido a la actual sede de la pinacoteca. Un coro de arquitectos y técnicos, reunidos en la Universidad Internacional Ménéndez Pelayo de Santander para el seminario La arquitectura del museo, sumó su voz a la de Foster para criticar los planes oficiales de ampliación por caros, excesivos y megalómanos."Los arquitectos han desmadrado el debate", se quejó ayer Checa, en cuya opinión la ampliación a los otros edificios es "absolutamente necesaria" para acomodar a los nuevos conservadores y, sobre todo, para sacar a la luz cerca de 500 cuadros de primera calidad que hasta ahora duermen almacenados.

Obras y servicios

El director del Prado, que forma parte del jurado que el próximo 8 de septiembre decidirá el proyecto ganador, reveló ayer las líneas maestras de su plan para distribuir las obras y los servicios. En él ocupa un papel clave el claustro de los Jerónimos, que pasaría a albergar la colección de pintura del siglo XIX, los depósitos, los talleres de restauración y los servicios al público, tales como la cafetería, el restaurante, la tienda y las zonas de descanso.Se lamenta Checa de que, a lo largo de la polémica desatada por los arquitectos, "nadie ha hablado de los cuadros". La dimensión del museo, según él, "debe venir definida por su colección". Y recuerda que las primeras beneficiarias de una gran ampliación serán las obras de primera magnitud actualmente almacenadas, entre ellas algunos rubens, dos retratos y tres cartones para tapices de Goya, media docena de murillos y una buena muestra de todas las escuelas de pintura española del siglo XVII.

Pese a su visible malestar con los arquitectos que han criticado la ampliación, Checa anunció que, una vez fallado el concurso, organizará en el propio museo un coloquio conjunto entre arquitectos y conservadores, dos colectivos que, según él, necesitan reequilibrar sus puntos de vista. Aunque para entonces la idea ganadora ya estará establecida, el debate podrá influir en el desarrollo de sus detalles.

El plan de actuación para el Prado incluye la dotación de seis nuevas plazas de jefes de departamentos de conservación, que vendrán a unirse a las cinco existentes, 11 nuevos conservadores y 15 becas para jóvenes investigadores. Antes de que acabe el año, el museo habrá editado el tercer tomo de su inventario de pintura y un estudio razonado, cuadro por cuadro, de la obra de Goya que atesora la pinacoteca.

El año que viene se verá restringido el número de exposiciones, debido tanto a las futuras obras de ampliación como a las tareas, ya en marcha, de reposición de las cubiertas. Sin embargo, y pese a la insistencia de Checa en desviar el debate de los continentes a los contenidos, el director organizará una exposición sobre el propio edificio de Villanueva, sede actual del museo, y su evolución arquitectónica.

Fernando Checa no había previsto que su visita a la universidad santanderina, cuyo objeto era impartir un curso magistral sobre La imagen del poder en la Europa de la edad moderna: de Tiziano a Goya, iba a sumirse en el ojo de un huracán opinativo sobre la ampliación del Museo del Prado. Ni él ni el director del seminario de arquitectura, el catedrático y crítico Luis Fernández Galiano, habían preparado la coincidencia temporal de ambos encuentros.

Lo que sí hizo FernándezGaliano fue persuadir a Norman Foster para que presentara en Santander su frustrado proyecto de ampliación. "No entiendo", se lamentaba ayer Checa, "el ruido que han armado algunos arquitectos que se retiraron estrepitosamente del concurso por desacuerdo con las bases, cuando esas bases eran públicas".

Checa recordó que el proyecto del arquitecto británico era en realidad similar al que Francisco Partearroyo había presentado ya en 1992 -como el de Foster, restringido al edificio de Villanueva e inspirado en el aspecto original de la puerta de Goya- y que fue el que provocó el escándalo que desembocó en la convocatoria de un concurso público.

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