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La inquietud de los inversores sobre la inflación y el déficit agudiza la caída de la peseta y la deuda

Victoria Carvajal

Los mercados financieros españoles cayeron por tercer día consecutivo a causa de la inquietud que ha provocado entre los inversores el descubrimiento de un agujero presupuestario de 721.000 millones de pesetas y la subida de impuestos aprobada para financiarlo y sus efectos respectivos en el déficit y la inflación. La prima de riesgo que exige el capital exterior a España se amplió a 2,56 puntos, lejos de los 2,25 de hace una semana, y la peseta registró su peor cotización en ocho meses, al caer a 85,35 pesetas por marco. La subida de las rentabilidades amenaza con encarecer el endeudamiento futuro del Estado, mientras que las expectativas de que bajen los tipos a corto plazo se han enfriado.

El inesperado anuncio sobre las insuficiencias presupuestarias heredadas de los socialistas le está costando caro al Gobierno del PP. En sólo tres días, la peseta se ha depreciado casi un 1% con respecto al marco, los tipos de interés a largo plazo han dado marcha atrás en su evolución a la baja, la Bolsa ha perdido más de un 2% y se han aplazado al otoño las expectativas de que el Banco de España baje los tipos de interés. Sobre el mercado, además, planea la duda de si habrá más agujeros y más subidas de los impuestos para financiarlos. "La incógnita es si hay también un agujero en la Seguridad Social, si se dará a conocer o no y si el Gobierno se verá obligado al final a subir también el impuesto sobre la gasolina", señala Juan Mielgo, analista de Bank of America.El impacto en el IPC de la subida del tabaco y el alcohol, que se cifra entre 0,2 y 0,3 décimas, palidece con el que pueda tener una subida de la carga impositiva de los combustibles, una medida que asegura un aumento de la recaudación y que el ministro de Economía, Rodrigo Rato, no descartó del todo anteayer. De los 1,94 billones de pesetas que se ingresaron en 1995 por los impuestos especiales, tabaco y alcohol supusieron 650.000 millones. La práctica totalidad de los 1,2 billones restantes procedió de los combustibles.

La otra fuente de preocupación de los mercados es el efecto que pueda tener sobre el déficit el endeudamiento extraordinario en el que debe incurrir el Estado para cubrir el agujero. La duda es si los ingresos que se esperan obtener con los nuevos impuestos serán suficientes para financiar el coste de esta deuda. Los dos sectores afectados, tabaco y alcohol, aseguran que la subida impositiva de estos productos provoca una caída del consumo y un aumento del contrabando.

En cualquier caso, el saldo de deuda viva se incrementa -entre un 0,5% y un 1% del PIB-, alejándose España del cumplimiento del criterio de convergencia sobre deuda pública. En 1995, este desequilibrio cerró en tomo al 66% del PIB y el límite europeo es el 60%. El coste de esta mayor carga financiera influirá negativamente en los déficit de este año y los próximos.

Además, sólo el anuncio del agujero ha provocado ya un encarecimiento de las rentabilidades en el mercado de deuda que obligarán al Tesoro, de mantenerse esta evolución, a subir los tipos de sus próximas emisiones. Las últimas subastas realizadas en julio dieron como resultado unos tipos de interés medios del 7,09% para las letras a un año, 7,88% para los bonos a cinco años y 8,80% para las obligaciones a 10 años. Ayer, las rentabilidades del mercado secundario de deuda -referencia para el Tesoro- se situaban en el 7,16%, 8,14% y el 8,96%, respectivamente.

El entorno internacional, además, no acompaña. La debilidad del dólar frente al marco y el nerviosismo en el mercado de deuda estadounidense ante cualquier dato que sugiera un aumento de la inflación está provocando una volatilidad en los flujos de inversión que afecta negativamente a los mercados europeos más alejados de la convergencia, como el español.

Por su parte, la Comisión Europea conminó ayer al Gobierno del PP a comunicar al Ejecutivo comunitario el desvío presupuestario detectado, informa Walter Oppenheimer. "No tenemos ningún conocimiento oficial, pero si hay un agujero presupuestario, el Gobierno español tiene que explicárnoslo para que tengamos en cuenta los nuevos datos y los podamos incluir en el informe económico de septiembre", declararon fuentes de la Comisión. La comisaria responsable de Ayuda Estructural, Monika Wulf-Mathies, no quiso pronunciarse sobre la eventualidad de que el agujero acabe provocando un aumento del déficit público y que este hecho a su vez redunde negativamente sobre el Fondo de Cohesión español. "Aún no tenemos los datos. Eso se verá en las previsiones económicas de septiembre", declaró.

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