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LAS LEYES DE LA DISCORDIA

La UE multará a las empresas que se sometan a la 'ley Helms-Burton'

Xavier Vidal-Folch

La Unión Europea (UE) está decidida a neutralizar por todos los medios los efectos de la ley norteamericana Helms-Burton, que endurece el embargo a Cuba. Para ello quiere proteger a las empresas europeas incluso de sí mismas. Les impondrá sanciones si se someten a la ley tratando de negociar con los tribunales de EE UU una aplicación suave de la misma. Así lo propone el comisario de Comercio, Leon Brittan, en un proyecto de reglamento que la Comisión debatirá hoy.El proyecto de reglamento declara sin efecto las sentencias dictadas por tribunales de terceros países en virtud de una ley extraterritorial, de forma que las empresas no pueden acatarlas. Permite el resarcimiento de los perjuicios causados por esas resoluciones, mediante la acción contra los activos situados en territorio de la Unión Europea de las empresas litigantes (de Estados Unidos). También prohibe a las empresas europeas afectadas negociar una aplicación suavizada dé las sentencias, porque ello supondría reconocer una jurisdicción que se considera contraria al derecho internacional.

Para asegurar la efectividad de estas medidas se establece que las empresas que las incumplan serán sancionadas. Se asegura así, so pena de multa, que nadie, "ni directa ni indirectamente, ni por sí mismo ni a través de una subsidiaria", cumplirá requerimientos antijurídicos de tribunales extranjeros.

La obligación de no reconocer ni la ley extraterritorial ni las sentencias dictadas en su virtud es particularmente importante en el caso de las inversiones en Cuba, puesto que el ordenamiento norteamericano, como en general el derecho anglosajón, otorga a sus jueces un amplio grado de autonomía para negociar con las partes una gradación en la aplicación de la sentencia. Evitando esto último, se cierra el círculo para la infiltración de la polémica norma en Europa.

Actualización

El texto no menciona directamente la ley Helms-Burton, sino que protege a las empresas europeas, globalmente, de cualquier legislación dotada de efectos extraterritoriales. Sólo en el anejo se incluye el nombre de la ley Helms-Burton.

Así se posibilita la rápida actualización del reglamento sin necesidad de reiniciar el proceso legislativo comunitario: por ejemplo, si se convierte en ley el proyecto Kennedy-D'Amato, sobre persecución de las inversiones europeas (y de otros países) en Irán y en Libia, esa nueva norma se incorporará inmediatamente al anejo.

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El proyecto deja abierta en principio la cuestión de quién es la autoridad competente' para imponer las eventuales sanciones, si la Comisión o los Estados miembros. Tratándose de una norma con categoría de reglamento, debería ser el Ejecutivo comunitario. Pero difícilmente eso sería aceptable por los Gobiernos en un asunto tan delicado, por lo que probablemente se concluya en una fórmula mixta, mediante algún comité que reúna tanto a la Comisión como al Consejo de Ministros.

Éste es uno de los flecos a concretar en el procedimiento legislativo que se inicia hoy, mediante un debate en la Comisión. Si el texto queda maduro, se podría aprobar hoy mismo. En caso contrario, quedará para el próximo miércoles, la última reunión útil antes de vacaciones. Después deberá pasar por el cedazo del Consejo -el 7 de septiembre-, aunque el Coreper -los representantes de los Quince ante la UE- podría abordar antes el asunto.

De los quince países miembros, unicamente tres poseen ya legislaciones nacionales neutralizadoras de leyes extraterritoriales de terceros países: Reino Unido, Alemania y Holanda. Sólo el Reino Unido, siempre receloso ante la comunitarización de las decisiones, ha mostrado su preferencia por que, en, lugar de un reglamento, cada país establezca una norma por su cuenta, si bien de forma coordinada. Pero el litigio cubano ha encrespado los ánimos.

"Washington ha logrado ponerse frente a todos:, Canadá, la UE y ahora incluso Israel", comentó ayer una alta fuente de la Comisión en referencia al anuncio de la aplicación de la ley Helms-Burton contra una empresa israelí. De manera que Londres podría mostrarse flexible en aras de las unidad de acción.

El tipo de normativa escogido por Leon Brittan, el reglamento, es el más duro de los disponibles en la Unión. Obliga a todos, y no sólo a unos destinatarios individuales; vincula en todos sus elementos, de forma que los Estados no pueden aplicarlo parcial o selectivamente; y es automático, porque no requiere ninguna trasposición (como las directivas) a las legislaciones nacionales, sino que se se aplica de forma directa, simultánea y uniforme en todo el territorio comunitario.

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