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Las empresas públicas se resisten a entregar sus colecciones al Estado

Expertos de Economía y Cultura valoran los fondos de arte ante las privatizaciones

Las declaraciones de Rodrigo Rato sobre la posibilidad de que las colecciones de arte de las empresas de participación pública, a punto de ser privatizadas, pasen a engrosar los fondos de los museos han creado una delicada situación. Los portavoces de Argentaria, Telefónica , Tabacalera, Instituto de Crédito Oficial (ICO), Iberia y otras empresas con participación del Estado defienden su poder de decisión como propietarios. Una comisión de expertos de Economía y Hacienda y de Educación y Cultura estudia las posibles soluciones.

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El confuso destino de un patrimonio

El anuncio del vicepresidente Rodrigo Rato sobre el destino de las colecciones de arte de las empresas públicas ha provocado confusión en las mismas empresas, en las fundaciones que gestionan dicho patrimonio y en los museos que podrán completar sus fondos.La carencia de legislación específica, la valoración de los fondos y su situación de activos en empresas con participación del Estado. son algunos aspectos que analizará, "caso por caso", una comisión de expertos de los ministerios de Economía y Cultura, que el miércoles anunció en Santander el secretario de Estado de Cultura, Miguel Ángel Cortés. "Hay empresas que tienen obras muy buenas, regulares o que sólo sirven para decorar las oficinas". En Economía informan que "se están estudiando todas las fórmulas para incorporar las obras de arte al patrimonio del Estado y esta fase de estudio, en unión de Cultura, lleva su tiempo"

Mientras tanto, los directores de museos se frotan las manos sin disimulo. "Estamos reuniendo los catálogos de las instituciones que tienen colecciones de arte y pueden ser privatizadas, según las declaraciones inconcretas de miembros del Gobierno, que leí con agrado". El director del Museo Nacional de Arte de Cataluña, Eduard Carbonell, cree que la Administración debe volcarse sobre las infraestructuras culturales, y en el caso concreto de los museos: "completar los programas museológicos de toda España".

El director del Reina Sofía, José Guirao, señala que, para su museo, la colección más interesante es la de Telefónica, sobre todo las obras de Juan Gris, Eduardo Chillida y Luis Fernández, y algunas piezas de la del ICO. El director del Prado, Fernando Checa, prefiere no opinar.

La propiedad de las colecciones no se puede desglosar del paquete de los activos de la empresa. "Argentaria no es una empresa pública, y Rato se refiere a empresas públicas", dice el director de comunicación de esta corporación bancaria, Manuel Bueno, quien recuerda que el Estado tiene un 26,1% y el resto está repartido entre 623.000 accionistas. Considera que el patrimonio es invendible y no ofrece una valoración del mismo -otras fuentes dan la cifra de 5.000 millones de pesetas-, que, como en otras empresas, no figura de forma específica en los informes anuales. Argentaria ha reunido 3.000 piezas, desde el siglo XVI a los años noventa de este siglo. Se acaba de publicar un catálogo de 500 obras seleccionadas donde figuran obras de Goya, Murillo, Lucas, Van Dyck, Sorolla, Sert, Arroyo y Mariscal.

Deciden los accionistas

Telefónica tiene la colección más interesante para los nuevos museos de arte contemporáneo. Un total de 96 obras compradas en los años ochenta -de Picasso, Gris, Chillida, Tápies y Luis Fernández-, con un valor de 6.000 millones, según un estudio sobre coleccionismo publicado por el ICO. Forman un museo en la sede de Madrid con la colección tecnológica, archivos fotográficos y biblioteca. El Estado tiene un 20% de participación y, según la empresa, el patrimonio artístico es de sus accionistas. Un portavoz del BBV -banco que tiene un 4% de Telefónica- dice que "la colección es un activo que forma parte del balance de la entidad, y será el conjunto de sus accionistas el que pueda decidir sobre su futuro".En Tabacalera, donde el Estado tiene un 52%, también señalan que la colección es de la empresa y sólo podrá pasar al Estado por una decisión de la junta de accionistas ante una oferta de compra. En el catálogo figuran 95 obras, con dos goyas, dos dibujos de Picasso, Arroyo, Tápies, Ràfols Casamada y otros, unidos por el tema del tabaco. También tiene fondos relacionados con su actividad.

Otras colecciones pueden modificar su destino. La del Instituto de Crédito Oficial, la agencia financiera del Estado, ha sido tocada por el nuevo presidente, Fernando Bécquer. Su primera medida ha sido destituir al director de la Fundación ICO, Aurelio Torrente, que en los últimos años ha formado las colecciones de pintura española contemporánea y la de escultura moderna española con dibujo, que, en unión de la Suite Vollard, de Picasso, se exponen desde marzo en unas nuevas salas de Madrid. Bécquer no ha declarado sus intenciones, que otras fuentes sitúan en una posible cesión o depósito al Ministerio de Educación y Cultura.

La valoración de las colecciones del ICO tampoco figura de forma expresa en las memorias anuales. Otra empresa pública -Iberia- facilita la lista de obras de su propiedad, un total de 22, con sus autores (dos óleos de Dalí de 30 millones cada uno, Montesinos, Viola, Tarrats, Celis, Godlewska, Vaquero y R. Alonso), con un valor en 1988 de 74 millones que pueden ser 400 en la actualidad.

En los cuatro grupos del Programa de Modernización del Sector Público Empresarial del Estado no figuran los entes públicos, como confirman en AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea), que tiene entre pintura, escultura y gráfica (Chillida, Saura, Torner, Verdes, Arroyo, Genovés), valoradas en 1.000 millones de pesetas.

Cesiones temporales

Rodrigo Uría, abogado especialista en temas legislativos del arte y patrono del Prado, encuentra que los problemas causados por esta situación podrían solucionarse con acuerdos de depósito temporal. "La propiedad de las colecciones no se puede tocar, pertenecen a los accionistas. Habrá que hacer una valoración actual de las colecciones y luego elaborar acuerdos, temporales de cesión, de 30 o 40 años, o las condiciones que sean. De ese modo se mantendrá la propiedad de un activo que no se puede desglosar del total y, en lugar de tenerlos en los despachos, podrán estar en el Prado o en cualquier otro museo. Todo se está haciendo de modo precipitado, pero hay maneras de llegar a acuerdos".Otro jurista, Alfredo Pérez de Armiñán, confía en una comisión de seguimiento para evitar "decisiones a la ligera" y que se estudien los aspectos jurídicos, "caso por caso"; los económicos, "que en realidad son más simbólicos", y los culturales, "con escasas obras de interés para los museos".

Para Rosina Gómez Baeza, directora de la feria de Arco, "lo importante será estrechar los lazos entre las colecciones y los museos. Debemos conservar un patrimonio que se ha ido formando en su momento, para que no vuelvan a quedar esos vacíos que aún tenemos".

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