Heridos por asta de toro el novillero Edu Gracia y un corredor pamplonés
El penúltimo día de las fiestas de San Fermín dejó un balance de dos heridos por asta de toro. Durante el penúltimo encierro, que se corrió entre la habitual aglomeración de los fines de semana, un astado de Cebada Gago cogió en la calle Estafeta a Francisco Javier Díaz-Faes Pérez, pamplonés de 23 años y estudiante de Magisterio, que sufrió dos comadas, una de 40 centímetros en el muslo, con orificio de entrada y salida, que afecta al tejido celular y fibras, y otra de 25 centímetros en el glúteo. Su pronóstico es grave. En la novillada matinal, celebrada en la plaza de toros, el navarro Edu Gracia fue corneado en la pierna izquierda, a la altura de la tibia, por un novillo de Rocío de la Cámara. La herida es de 25 centímetros. Gracia fue intervenido en la misma plaza y quedó ingresado en el Hospital de Navarra. Su pronóstico es grave.La multitud fue el mayor peligro del penúltimo encierro de San Fermín. El callejón era un hormiguero cuando trotaron por la calzada los toros de la ganadería Cebada a Gago. Un mozo llegado desde Castellón resumía así el panorama: "Sálvese quien pueda". Y es que en el encierro sólo hay algo más arriesgado que el toro: la masificación. Y eso se produce cada Fin de semana. "El problema", dijo otro corredor, "es que con tanta gente al toro se le ve cuando lo tienes encima y te puede arrollar".
Francisco Javier Díaz-Faes explicó en el hospital Virgen del Camino el momento de la cogida: "Ha sido por culpa de la gente que había, aunque he tenido también bastante mala suerte. Cuando subía a la acera el toro me alcanzó". Francisco Javier aseguró que sintió la comada como un golpe fuerte. "Luego, cuando me sacó el cuerno sentí un gran escozor y mucho dolor, aunque ha sido muy limpia. Llevo corriendo desde el 89 y nunca me había pasado nada", dijo.
Entre los participantes del encierro de ayer abundaban turistas y embriagados. Uno de ellos citó a uno de los toros de forma ariesgada. Su acción, prohibida, puso en peligro a los demás mozos, que le golpearon y recriminaron. El próximo año, San Fermín estrenará un nuevo reglamento que castiga esos gestos con multas de hasta 100.000 pesetas.
Las mismas apreturas de la calle se registraban ayer en las terrazas del recorrido. Para acceder a esos balcones hay que desembolsar hasta 3.500 pesetas. Este alquiler es un negocio ideado hace cuatro anos por Ángel Jordan, un antiguo corredor de San Fermín. La idea ha sido un éxito. "Lo único que se exige es que tengan seguridad y tratar amablemente a los clientes", dice Jordan. El servicio incluye café y la repetición del encierro por televisión.
Los que ven el final del encierro en la plaza de toros también pasan por taquilla. Pagan 400 pesetas por una entrada de grada. Ver el resto del recorrido es gratis, aunque hay que madrugar. A las seis de la mañana las empalizadas y talanqueras se llenan. Según la Policía Municipal, cada día ven el encierro en vivo más de 30.000 personas; el doble los fines de semana.
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