_
_
_
_
_
LA 'LIMPIEZA ÉTNICA', EN EL BANQUILLO

Orden mundial de detención contra Karadzic y Mladic por crímenes contra la humanidad

El Tribunal Penal Internacional de La Haya lanzó ayer una orden internacional de detención contra Radovan Karadzic y el general Ratko Mladic, acusados de genocidio, crímenes contra la humanidad y violación de las leyes de guerra. La orden, que hasta ahora sólo regía en Bosnia-Herzegovina y la Repúblicada Federada de Yugoslavia, será enviada a todos los Estados del mundo y, si es necesario, a la fuerza de pacificación de Bosnia (Ifor). El juez ha invitado al fiscal del tribunal a que prosiga sus investigaciones, incluso al más alto nivel: una alusión al presidente serbio, Slobodan Milosevic.

Más información
"Uno de los episodios más negros de la historia"

El tribunal considera que Karadzic y Mladic son inductores y responsables de numerosas matanzas, deportaciones, violaciones, y torturas. El relato del juez Claude Jorda, presidente de la primera sala del tribunal, es una velada invitación a Naciones Unidas y a la OTAN para que dejen la pasividad a un lado y se lancen de una vez a su busca y captura, y legitima a ojos de la opinión pública una operación internacional para su detención. La orden de detención hace responsables tanto a Belgrado como a Pale de dejación de responsabilidades al haber quedado probado que tanto Karadzic como Mladic han contado con la connivencia de las autoridades yugoslavas y de las de la República de Sprska (la república serbobosnia), que han tolerado su libre tránsito por ambos territorios.El tribunal ha elegido el 11 de julio, primer aniversario de la sangrienta toma del enclave de Srebrenica, para lanzar su alegato público, que tiene más de gesto político que de paso jurídico, aunque faculta a Interpol para investigar en la zona. La orden se ha dictado después de escuchar durante una semana testimonios que implican a ambos como principales responsables del genocidio de Bosnia. El juez no ha ocultado tampoco las eventuales responsabilidades del presidente serbio, Slobodan Milosevic, a quien no ha llegado a citar directamente.

La sala de audiencias del Tribunal Penal Internacional de La Haya acabó resultando un frío escenario, poco acorde con un relato que en las formas quiso ser distanciado, parsimonioso y ecuánime, pero se tomó en un testimonio conmovedor. La Haya rememoró durante dos horas terribles los míticos escenarios de Nüremberg y deTokio, los procesos con que fueron castigados algunos de los responsables de la II Guerra Mundial.

Pero la sala del tribunal, pequeña, con una aséptica cristalera antibalas que separaba y protegía a los magistrados del apenas centenar de personas que no llegaron a llenar los asientos del público, estaba vacía: faltaban los dos acusados. Ni Karadzic ni MIadic estaban allí para tomar nota de las terribles acusaciones que pueden propiciar su detención: "El internamiento ilegal de civiles, la destrucción de bienes, el pillaje, la destrucción sistemática de edificios religiosos, la utilización de personal de Naciones Unidas como escudos humanos".

El juez quiso huir de la sangre fácil, pero la sola enumeración genérica de los crímenes inducidos y tolerados por Karadzic y Mladic ponía los pelos de punta: el internamiento de civiles en campos de concentración donde les esperaba la expulsión o la muerte, las ejecuciones sumarias y masivas, las torturas, niños quemados vivos en la fiesta religiosa serbia, prisioneros enterrados vivos en grandes fosas, padres e hijos obligados a realizar actos sexuales entre ellos, hombres castrados, mujeres recluidas en campos de concentración y convertidas en esclavas sexuales de las tropas serbias, otras encerradas en campos especiales donde su destino era ser fecundadas a la fuerza para procrear niños serbios y perpetuar la raza.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

O el pillaje sistemático de poblaciones que se habían rendido sin ofrecer resistencia. Todo ello con el genocida propósito de eliminar a toda etnia o grupo que no fuera serbio.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_