Orden mundial de detención contra Karadzic y Mladic por crímenes contra la humanidad
El Tribunal Penal Internacional de La Haya lanzó ayer una orden internacional de detención contra Radovan Karadzic y el general Ratko Mladic, acusados de genocidio, crímenes contra la humanidad y violación de las leyes de guerra. La orden, que hasta ahora sólo regía en Bosnia-Herzegovina y la Repúblicada Federada de Yugoslavia, será enviada a todos los Estados del mundo y, si es necesario, a la fuerza de pacificación de Bosnia (Ifor). El juez ha invitado al fiscal del tribunal a que prosiga sus investigaciones, incluso al más alto nivel: una alusión al presidente serbio, Slobodan Milosevic.
El tribunal considera que Karadzic y Mladic son inductores y responsables de numerosas matanzas, deportaciones, violaciones, y torturas. El relato del juez Claude Jorda, presidente de la primera sala del tribunal, es una velada invitación a Naciones Unidas y a la OTAN para que dejen la pasividad a un lado y se lancen de una vez a su busca y captura, y legitima a ojos de la opinión pública una operación internacional para su detención. La orden de detención hace responsables tanto a Belgrado como a Pale de dejación de responsabilidades al haber quedado probado que tanto Karadzic como Mladic han contado con la connivencia de las autoridades yugoslavas y de las de la República de Sprska (la república serbobosnia), que han tolerado su libre tránsito por ambos territorios.El tribunal ha elegido el 11 de julio, primer aniversario de la sangrienta toma del enclave de Srebrenica, para lanzar su alegato público, que tiene más de gesto político que de paso jurídico, aunque faculta a Interpol para investigar en la zona. La orden se ha dictado después de escuchar durante una semana testimonios que implican a ambos como principales responsables del genocidio de Bosnia. El juez no ha ocultado tampoco las eventuales responsabilidades del presidente serbio, Slobodan Milosevic, a quien no ha llegado a citar directamente.
La sala de audiencias del Tribunal Penal Internacional de La Haya acabó resultando un frío escenario, poco acorde con un relato que en las formas quiso ser distanciado, parsimonioso y ecuánime, pero se tomó en un testimonio conmovedor. La Haya rememoró durante dos horas terribles los míticos escenarios de Nüremberg y deTokio, los procesos con que fueron castigados algunos de los responsables de la II Guerra Mundial.
Pero la sala del tribunal, pequeña, con una aséptica cristalera antibalas que separaba y protegía a los magistrados del apenas centenar de personas que no llegaron a llenar los asientos del público, estaba vacía: faltaban los dos acusados. Ni Karadzic ni MIadic estaban allí para tomar nota de las terribles acusaciones que pueden propiciar su detención: "El internamiento ilegal de civiles, la destrucción de bienes, el pillaje, la destrucción sistemática de edificios religiosos, la utilización de personal de Naciones Unidas como escudos humanos".
El juez quiso huir de la sangre fácil, pero la sola enumeración genérica de los crímenes inducidos y tolerados por Karadzic y Mladic ponía los pelos de punta: el internamiento de civiles en campos de concentración donde les esperaba la expulsión o la muerte, las ejecuciones sumarias y masivas, las torturas, niños quemados vivos en la fiesta religiosa serbia, prisioneros enterrados vivos en grandes fosas, padres e hijos obligados a realizar actos sexuales entre ellos, hombres castrados, mujeres recluidas en campos de concentración y convertidas en esclavas sexuales de las tropas serbias, otras encerradas en campos especiales donde su destino era ser fecundadas a la fuerza para procrear niños serbios y perpetuar la raza.
O el pillaje sistemático de poblaciones que se habían rendido sin ofrecer resistencia. Todo ello con el genocida propósito de eliminar a toda etnia o grupo que no fuera serbio.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Ratko Mladic
- Radovan Karadzic
- TPIY
- Tribunal Internacional La Haya
- Limpieza étnica
- Fosas comunes
- Guerra Bosnia
- Justicia internacional
- Corte Penal Internacional
- Genocidio
- Crímenes guerra
- Matanza civiles
- Delitos contra Humanidad
- Bosnia Herzegovina
- Acción militar
- Tribunales
- Derechos humanos
- ONU
- Política exterior
- Poder judicial
- Guerra
- Organizaciones internacionales
- Delitos
- Conflictos
- Justicia