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Defensa se niega al recorte de 84.000 millones que pide Hacienda en Alemania

Por un quítame allá unos mil millones de marcos (84.000 millones de pesetas) en el presupuesto de 1997, dos ministros del Gabinete alemán, el de Defensa, el democristiano Volker Rühe (CDU), y el de Hacienda, el socialcristiano de Baviera Theo Waigel (CSU), han desencadenado un enfrentamiento que algunos militares han calificado de "regateo propio de un bazar oriental".

El canciller federal, el democristiano Helmut Kohl (CDU), ha llamado al orden, en insólita forma pública, a su ministro de Defensa. La discusión ha puesto además sobre el tapete en Alemania la polémica sobre la conveniencia de un ejército profesional.La crisis económica en Alemania, con casi cuatro millones de parados y la consiguiente caída de ingresos fiscales más el aumento de las prestaciones sociales, ha provocado un fuerte déficit presupuestario. Este año, y todo parece indicar que el próximo, Alemania tendrá serias dificultades para cumplir los criterios de convergencia exigidos por la unión monetaria europea. El alumno modelo europeo podría incluso no aprobar la selectividad de Maastricht. Alemania, la locomotora económica europea, difícilmente podría soportar semejante bochorno. Por eso, Waigel ha ido, podadora en mano, dando tajos a diestro y siniestro al presupuesto. Hasta que se topó con su correligionario Rühe, que se niega a que le bajen el presupuesto de Defensa por debajo de los 47.000 millones de marcos (cuatro billones de pesetas).

Una polémica carta

Rühe no se anduvo con cuentos, y en una carta, que oportunamente se filtró a la prensa, advierte que no está dispuesto a aceptar el recorte de 1.000 millones de marcos (84.000 millones de pesetas) que exigía Waigel. Argumenta Rühe en su misiva que está en juego mantener un ejército de reemplazo con los 340.000 efectivos actuales y además varios proyectos de armamento como el Eurocaza 2000 y el nuevo helicóptero de transporte de tropas. Kohl montó en cólera ante el hecho de que sus ministros diriman sus disputas en público y llamó al orden a Rühe.Ante periodistas, Kohl declaró: "Con seguridad no haremos una cosa: llevar adelante recortes que pongan en peligro nuestra existencia. Pero el Gabinete federal es un equipo y esto tienen que comprenderlo todos en el equipo. Si uno no lo entiende así, va a tener difícil cumplir su tarea en el Gobierno federal. Esto es así de simple". Waigel, por su parte, se ha negado a replicar en público a Rühe: "Las negociaciones del presupuesto se tratan en el interior del Gobierno y no ante la opinión pública. Esto me parece mal estilo y yo no pagaré con la misma moneda".

Oficiales del Ejército federal, citados por la agencia alemana de prensa DPA, muestran su malestar por el cariz de la disputa, que califican como "regateo digno de un bazar oriental". Al mismo tiempo se ha abierto en Alemania el debate sobre uno de los tabúes del país: el ejército de reemplazo. Empiezan a levantar la voz quienes preconizan un ejército pequeño y profesional.

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