Alemania impide la venta de oro del FMI para los más pobres

/ E. GLa resistencia alemana a la venta de parte de las reservas de oro del Fondo Monetario Internacional dejó incompleta la iniciativa que- tomó ayer en Lyón el Grupo de los Siete para aliviar la deuda de los países más pobres del planeta. Hasta el último minuto, el Reino Unido, promotor original de esta medida, EE UU y Francia intentaron en vano convencer a su socio alemán de la prudencia de la propuesta: los 2.000 millones de dólares (unos 250.000 millones de pesetas) que se podrían obtener con la venta del 5% de las reservas de oro del FMI se invertirían en bonos del Tesoro y sólo se gastaría la rentabilidad que se obtuviera de estas inversiones. Alemania, sin embargo, teme que la venta del oro del FMI siente un precedente peligroso que acabe poniendo en peligro la solidez financiera de la institución.

La negativa alemana a vender el oro, pese a las fuertes presiones de sus socios, es un reflejo de la actitud hosca y distante que ha mantenido Alemania hasta ahora en la cumbre. Ni la iniciativa contra el terrorismo, que afecta más a Estados Unidos, Francia o el Reino Unido, ni las cuestiones económicas estimularon la participación alemana. De hecho, el ministro alemán de Finanzas fue el único que no participó en la cumbre. Con una economía técnicamente en recesión, un paro cercano al 12% y un déficit público que se resiste a bajar al 3% del PIB que exige el acceso a la moneda común, Bonn no parece el más indicado para orientar la política económica y monetaria del G-7.

Los Siete fueron capaces, no obstante, de pactar otras iniciativas para aliviar las obligaciones de los países pobres más endeudados. Animaron a los acreedores del Club de París, en el que están todos ellos, a que, aumenten más allá del 67% la condonación de la deuda de las economías menos desarrolladas. Éste fue el porcentaje pactado en Nápoles en 1994.