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Sicilia entierra hoy a Gesualdo Bufalino El escritor falleció tras sufrir un accidente de tráfico

Gesualdo Bufalino será enterrado hoy en su Comiso natal, cerca de Ragusa, uno de los parajes más agrestes del interior siciliano, con todos los honores del mayor exponente de la literatura de Sicilia desde la muerte de Leonardo Sciascia. El escritor, de 75 años, falleció hacia las nueve de la noche del pasado viernes, tras sufrir a las 17.30 del mismo día un accidente de coche por el que los médicos le pronosticaron lesiones no graves que hubieran debido curar en 40 días. Pero Bufalino, que tenía sólo un pulmón y problemas cardiacos, no respondió a esas previsiones."Perder me ha gustado siempre. Incluso al ajedrez (que jugaba bastante bien de joven) prefería seguir una línea que se llama autojaque y que consiste en obligar al adversario a ganar aunque no quiera. Pero a estas alturas me pregunto: ¿estoy diciendo la verdad?", declaró Bufalino, durante la entrevista periodística que descubrió su insospechado talento literario. El padrino fue Sciascia, constituido en entrevistador de excepción para realzar la importancia de un hallazgo indudablemente tardío. Corría el año 1981. El nuevo valor tenía la friolera de 60 años.

Hasta entonces, Bufalino había sido un culto y modesto profesor de instituto. Paradigma del carácter reservado de su tierra, la vida discretísima de este escritor ha transcurrido en su pueblo natal, al lado de la madre viuda, nonagenaría, que el pasado viernes esperaba inútilmente en casa el regreso de Gesualdo. Por los mismos años en que conoció el éxito, Bufalino contrajo matrimonio con una ex alumna. Giovanna, la mujer, vivía con su familia desde que sufrió un ictus. El viernes, el escritor regresaba de visitarla, cuando sufrió el accidente. Llovía en la carretera que une Vittoria con Comiso. El Fiat Uno en que viajaba fue embestido por un coche que venía en sentido contrario.

Surrealismo metafísico

La literatura de Bufalino ha sido calificada de surrealismo metafísico o artificio barroco marcado por un pesimismo característico en el que supervivencia es sinónimo de cultura practicada como un exquisito juego. Diceria de ll'untore, la novela que le hizo famoso, parte del montaje teatral de la fábula de Orfeo entre los internos de un sanatorio en la posguerra. Bufalino le contó a Sciascia que escribió el primer capítulo jugando a relacionar 50 palabras preseleccionadas por su fuerza expresiva o fonética. Esa orientación formal, similar a la del músico, se encuentra en casi toda la literatura de Bufalino.

El sanatorio fue una experiencia juvenil que favoreció los deseos de lectura del escritor cuando, en 1943, logró huir de los nazis que le habían capturado. Bufalino se refugió en Emilia, en el norte de Italia, hasta que el fin de la guerra cerró el único breve paréntesis en que estuvo alejado de Comiso. Su juego literario modela, pues, elementos autobiográficos.

"En lo que escribo, sospecho siempre el abandono a una operación de baja lujuria, una especie de interminable, falsificado cotilleo sobre mi mismo, que debería quedar destinado, por tanto a un uso estrictamente privado", dijo en 1981 el escritor fallecido el viernes.

Su producción literaria creció, sin embargo, en poco tiempo, con títulos como L'Amaro miele, Argo il cieco, Le menzogne della notte, Museo d'ombre, Il guerriere meschino y Tommaso e il fotografo cieco, su última novela, en la que el protagonista fallece precisamente en un accidente de coche.

Sobre la Mafia, tema inevitable para un siciliano, Bufalino dijo recientemente, en una entrevista publicada por La Repubblica, que, a base de comprar Cartier, camisas de lujo y bañeras con hidromasaje, los mafiosos "se están telenovelizando". "Se están entonteciendo con Beautiful, y se parecen cada vez más a los criminales de cualquier metrópolis. Incluso la Mafia se está homologando, y esto es un bien", afirmó el escritor, que subrayó así su optimismo póstumo: "Ni siquiera Naná (Sciascia) habría sostenido hoy que Palermo es irredimible".

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