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EE UU da asilo político a la togolesa Kasinga, que alegó miedo a la ablación

Por primera vez en la historia, EEUU admite que el miedo a la mutilación genital es causa suficiente para conceder asilo político. Fauziya Kasinga, la joven de 19 años que escapó de Togo para no tener que someterse a un rito sufrido por 80 millones de mujeres en 26 países, ha visto aprobada su solicitud de asilo por el Consejo de Recursos de Inmigración, el tribunal de mayor competencia en EEUU para asuntos relacionados con los inmigrantes.La decisión, de alcance nacional, es vinculante para los 179 jueces que se encargan de los casos de asilo en EEUU y resuelve el enfrentamiento entre el Consejo y otro organismo del Departamento de Justicia, el poderoso Servicio de Inmigración y Naturalización. El Servicio quería devolver el caso de Fauziya Kasinga a un juez de inmigración para que investigara con detalle la historia de la mujer, porque apreciaba "inconsistencias" en su relato.

Por 11 votos contra uno, el Consejo ha considerado que Kasinga había aportado detalles suficientes como para temer por su vida en caso de que se negara a someterse a la mutilación y que cumple los requisitos que las leyes prevén para los extranjeros que llegan a EEUU y solicitan asilo por haber sido perseguidos en sus países de origen a causa de sus opiniones políticas o religiosas y de criterios raciales o sociales. "La característica de mantener intactos los genitales es fundamental para la identidad individual de una mujer"; en opinión del presidente del Consejo, Paul Schmidt que en nombre de la mayoría determinó que "la mutilación genital femenina es razón suficiente para pedir asilo político".

En 1994, después de la muerte de su padre, contrario a la mutilación, y cuando se le comunicó que se había arreglado su boda con mutilación incluida, para ser la cuarta esposa de un hombre ya mayor, Fauziya Kasinga huyó de su tribu togolesa, Tchamba-Kunsuntu, y escapó a Ghana. De allí fue a Alemania y después a con un pasaporte falso. Solicitó asilo en el aeropuerto de Newark, fue internada en un centro en pésimas condiciones y trasladada después de un año a una cárcel.

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