China expulsa al barco de Greenpeace que pide el fin de sus pruebas atómicas
Barcos de la Marina escoltaron ayer al MV Greenpeace fuera de las aguas territoriales de China después de una breve incursión de la embarcación de la organización ecologista, considerada por ésta como una victoria, en su campaña para frenar las pruebas nucleares que realiza Pekín. "Ha sido un gran éxito", declaró el español Xavier Pastor, portavoz de Greenpeace, mientras el barco se dirigía hacia Hong Kong tras haber conseguido permanecer durante tres horas dentro de las 12 millas de las aguas territoriales chinas. "El objetivo del viaje era entregar un mensaje pacífico", agregó Pastor.
El MV Greenpeace fue rodeado por unidades chinas, incluidas dos cañoneras, una vez que echó anclas en aguas próximas a Shanghai, la segunda ciudad del país, en el sureste. Funcionarios locales subieron a bordo para entregar una orden de expulsión dictada por la superintendencia del puerto de la ciudad. China había advertido ya que no sería bien recibido el MV Greenpeace. Dos barcos de la Marina escoltaron la nave ecologista, en la que viajaban 32 personas, fuera del país.
El barco, que había zarpado el pasado sábado desde Manila, fue rodeado varias veces por aviones militares a baja altura poco antes de que entrara en aguas chinas a mediodía hora local (madrugada de ayer en España). Una hora y media después, al llegar a Chang Jiang Kou, en la desembocadura del río Yangtsé en dirección a Shanghai, fue inmediatamente interceptado por funcionarios portuarios y soldados del Ejército de Liberación Popular. Las autoridades chinas estuvieron en todo momento amables.
China, el único país que todavía realiza pruebas nucleares después de que Francia pusiera fin a ellas este año, realizó el sábado una explosión atómica en el desierto de Lop Nor, en el noroeste, pero se ha comprometido a cumplir con la moratoria mundial a partir de septiembre, después de llevar a cabo una nueva prueba.
