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Peter Handke afirma que su libro 'Justicia para Serbia' es inocente, no un panfleto

El escritor austriaco afirma que su texto plantea más preguntas que opiniones

El escritor austriaco Peter Handke, cuyo libro Justicia para Serbia (Alianza) ha levantado una viva polémica en Europa, negó ayer, durante la presentación en Madrid, que su obra sea un panfleto proserbio, y calificó el texto de "inocente y amante de la paz". Peter Handke respondió a sus críticos y señaló que su texto "no le ha costado la vida aún a nadie". El profesor Ignacio Sotelo afirmó en el mismo, acto que el libro está construido de "sugerencias y preguntas".

Handke, el novelista y autor teatral austriaco más famoso en la actualidad y una de las estrellas del firmamento cultural germano, leyó un fragmento de Justicia para Serbia en el que una mujer de una pequeña ciudad de la zona del río Drina se hace eco de los montones de cadáveres flotando corriente abajo, "pero ella no conocía a alguien que lo hubiese visto con sus propios ojos".El libro de Handke es una descripción lírica de un viaje reciente a Serbia en la que el escritor introduce rabiosas invectivas contra croatas, eslovenos, alemanes, occidente en general y los medios de comunicación internacionales, a los que considera responsables de privar a la opinión pública de la dimensión serbia del conflicto y a los que culpa de demonizar a los serbios, EL profesor Ignacio Sotelo -que junto con el subdirector de Opinión de EL PAÍS, Hermann Terstch, participó en un coloquio sobre el libro que fue moderado por el periodista Pedro Altares- consideró positiva la actitud intelectual de Handke, "al dudar de los colores definidos tal como los muestra la prensa". Sotelo señaló que las disidencias cada vez se toleran menos y señaló como un mérito del texto el que sugiere interpretaciones distintas.

La presentación y el coloquio se celebró en una sala abarrotada de la Fundación Carlos de Amberes, y con un público que siguió a veces con aplausos o signos de rechazo el apasionado debate, y entre el que se encontraban jóvenes escritores como Benjamín Prado o Ray Loriga.

Hermann Tertsch, que ha cubierto largamente como corresponsal la guerra de la antigua Yugoslavia, inició la polémica. Dijo que la brillantez literaria de Handke está fuera de toda duda, pero que esa brillantez "no es garantía de lucidez ni de autoridad a la hora de hacer juicios morales". Se preguntó cómo un literato excelente puede llegar a utilizar las palabras "de una forma tan desastrosamente grave, para aliarse con una serie de catástrofes con la osadía de la ignorancia respecto a las víctimas".

Polémica

La lectura que hizo Tertsch de un párrafo del libro, en el que, según el periodista, se cuestionan los crímenes de Srebrenica -"y no es de los párrafos más terribles ni lamentables de este texto", señaló- motivó el tono airado de la respuesta de Peter Handke, un autor que no se siente incómodo ante la polémica, como demuestra su obra titulada Insultando al público. "Es inaudito que se vea en ese texto una sombra de duda sobre las masacres de Srebrenica", dijo el escritor, quien insistió en que en su libro nunca ha expresado opiniones. "Sólo he planteado preguntas y he narrado", afirmó. En otro momento, Handke se mostró indignado por la comparación de Tertsch, que le relacionaba con los intelectuales de entreguerras "que le han besado los pies a Stalin".Handke acusó a Tertsch de hacer periodismo de mala fe, y dijo que, aunque no desprecia a los periodistas, éstos tienen parte de responsabilidad en la tragedia de Yugoslavia. "No estoy aquí para hablar con usted", dijo dirigiéndose a Hermann Tertsch. "Estoy aquí de buena fe, para presentar un libro que asumo que es inocente y promueve la paz, que no le ha costado la vida a nadie aún y que no le ha hecho nada malo a nadie".

"No dudo de Srebrenica, no hay ninguna palabra que lo pinte todo bonito", se defendió el autor, al que Tertsch había acusado de escribir con una idea preconcebida, "sin molestarse en ir a los sitios y buscar los hechos. Se podía haber quedado en Salzburgo o París, porque ya sabía lo que iba a escribir". "Recomiendo el libro", añadió Tertsch, "para ilustrar cómo la belleza de la literatura se puede utilizar con fines morales peligrosos".

Hermann Tertsch insistió en que no hay culpabilidades colectivas en ninguna de las partes, "pero el origen y la responsabilidad de la tragedia y el establecimiento de un sistema criminal organizado parten de un régimen concreto, que es el serbio".

El profesor Ignacio Sotelo, que abundó durante la presentación en la idea de que el libro está construido "de sugerencias y preguntas", leyó una frase para resumir Justicia para Serbia, obra cuyo antetítulo dice: Un viaje de invierno a los ríos Danubio, Save, Morava y Drina: "Todo el pueblo pasa frío. El invierno es la metáfora que resume la situación".

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