Esperanza Aguirre reconoce que las ayudas al cine siguen siendo necesarias

La ministra de Educación y Cultura, Esperanza Aguirre, se encontró cara a cara ayer con los representantes de todos los sectores cinematográficos, a los que planteó las líneas maestras de su política de fomento del cine español: potenciación de las relaciones son las televisiones y mayor presencia en el exterior, sobre todo en Latinoamérica. Al término de la reunión, Aguirre reconoció que las ayudas al cine siguen siendo necesarias y abogó por "desterrar las arbitrariedades de los apoyos" en contra de las primeras afirmaciones, en las que se mostraba contraria a todo tipo de subvenciones en el campo de la cultura. El desarrollo reglamentario de la ley del cine será una de las prioridades del sector.

De pie y escoltada por el secretario de Estado de Cultura Miguel Angel Cortés, y el director del ICAA, José María Otero, la ministra Esperanza Aguirre se preocupó muy mucho de que las televisiones pudieran filmarla con comodidad. Pero fue un visto y no visto. Dos minutos escasos y dos preguntas fue su concesión a los periodistas, convocados en el Ministerio de Cultura. Después de que la ministra afirmara que "los apoyos siguen siendo necesarios" y abogara por "desterrar las arbitrariedades de estos apoyos", deprisa y corriendo se abrió paso alegando que eso no era una rueda de prensa. Ya en la puerta, se volvió para contestar una pregunta de una periodista que, casi a gritos, se había interesado por cómo iban a afectar los recortes presupuestarios. "Nada de lo que sea esencial", afirmó sonriente.Al término de la primera reunión con todos los representantes de los sectores cinematográficos, Aguirre explicó que la intención de su ministerio era la de difundir el cine español en el exterior, especialmente en Latinoamérica, y potenciar su relación con otros medios, sobre todo televisivos. "El cine cumple las dos prioridades del Gobierno del presidente Aznar. Es industria, por lo que afecta a la creación de empleo, y es cultura. Nuestra voluntad es dialogar con todos los sectores y tener en cuenta sus opiniones", dijo la ministra, para quien el espectador será figura primordial de su política.

Aguirre recordó que ya el Partido Popular en la tramitación de la Ley del Cine defendió las ayudas automáticas al cine, es decir, según la recaudación en taquilla, algo a lo que se oponía en ese momento el PSOE. "El Gobierno socialista siguió luego esa línea, que ha servido para mejorar el sector y detener la crisis. Nuestra intención es desterrar la arbitrariedad de los apoyos", continuó la ministra. Las subvenciones automáticas, concedidas en función de lo recaudado en taquilla, se vienen efectuando desde primeros de 1995, año en el que el cine español consiguió detener la caída en el número de espectadores. Ese año hubo un incremento de 2,5 millones de espectadores con respecto a 1994, y una cuota de pantalla por encima del 11% frente al 7% del año anterior.

En cuanto a las licencias de doblaje y las cuotas de pantalla, las dos manzanas de discordia de la Ley del Cine, el PP pedía la supresión de las primeras y la flexibilización de las segundas. La ministra dejó que fuera Miguel Ángel Cortés quien contestara sobre el futuro de estas dos cuestiones. "Se va a avanzar en la línea de suprimir el anacronismo que supone la existencia de las licencias de doblaje", dijo Cortés.

La de ayer fue la primera reunión, calificada de "cortés y elegante" por Enrique González Macho, representante de los distribuidores independientes. González Macho se mostró partidario de consensuar entre los distintos sectores todos los flecos que quedan del reglamento de la Ley del Cine, como es el tema de las cuotas de pantalla -los cambios introducidos en un acuerdo intersectorial están todavía sin recoger en la ley- o las relaciones entre los distribuidores y exhibidores.

El presidente de los productores, Pedro Pérez, salió de la reunión con una impresión positiva. "Todo esto se tendrá que poner en marcha a partir de la semana próxima y plasmarlo en el desarrollo de la ley", dijo Pérez, para quien la postura de la industria no ha cambiado.

Pedro Pérez advirtió que el mercado del cine español no es libre, "ocupado por prácticas que no permiten la libre competencia del rnercado". "No es justo que una mala película americana, impuesta en un lote, desplace a otra película buena española", dijo el presidente de la FAPAE, que cuenta con un nuevo adjunto a la presidencia, Enrique de las Casas, que, a sus 64 años, tiene un largo historial profesional en la producción de cine y televisión.