González acaba sus vacaciones en Argentina y evita responder a Roldán

¿Qué me puede decir sobre las declaraciones de Luis Roldán?", preguntó ayer, micrófono en mano, la corresponsal de la Cadena SER en Buenos Aires a Felipe González pocas horas antes de que éste partiera hacia España. Sonriente, entre empujones, casi en el coche de la embajada española, el ex presidente del Gobierno respondió: "Nada. No merece la pena".¿Y sobre el encarcelamiento del general de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo? El secretario general de los socialistas españoles ni siquiera pudo escuchar la segunda pregunta. Se encontraba ya dentro del automóvil Mercedes 300 del servicio diplomático.

Felipe González concluía sus dos semanas de vacaciones en el Cono Sur latinoamericano, durante las que se ha dedicado a la pesca, los paseos, los asados típicos de la región y las tertulias de sobremesa con los jefes de Estado y de Gobierno de Uruguay, Julio María Sanguinetti, y Argentina, Carlos Menem, respectivamente.

También dedicó su tiempo a otros anfitriones que le acogieron en fincas de recreo, a políticos que le son afines, amigos y algún comensal de circustancias. González evitó a toda costa cualquier pronunciamiento sobre las actuaciones judiciales contra sospechosos de crímenes perpetrados por los GAL

La prensa española, y la argentina también, le persiguieron de forma constante, pero el político socialista no paso nunca mucho más allá de agradecer la hospitalidad recibida y destacar la belleza de Buenos Aires. Por expreso deseo suyo, se trató, de una visita de "bajo perfil", que González calificó como sus primeras verdaderas vacaciones en 14 años.

El martes cenó en la sede de la representación diplomática española, durante tres horas y a solas, con el anterior presidente argentino, el radical Raúl Alfonsín. A petición de éste saludó ayer al Comité Nacional de la socialdemócrata Unión Cívica Radical (UCR) en sus locales de la capital argentina. Posteriormente, González embarcaba en el vuelo de Iberia con dirección a Madrid.