Los teatros de ópera de Italia van a la huelga
La privatización de los principales coliseos provoca una ola de protestas
¡Abajo el telón! Los teatros de ópera italianos permanecerán hoy cerrados y sus trabajadores se reunirán en Roma para protestar porque el Gobierno quiere privatizarlos. O al menos eso es lo que temen. Un decreto aprobado por sorpresa el pasado 15 de mayo, permitiendo la transforma ción facultativa de los llamados entes líricos en fundaciones, ha provocado un escándalo de consecuencias imprevisibles, pues las protestas no parecen tener límite. Los trabajadores de la Arena de Verona han decidido, por ejemplo, boicotear todos los estrenos de este verano.
La agitación ha causado ya miles de afectados entre los espectadores. El pasado sábado hubo de ser cancelada la primera representación de La sonánbula, en la ópera de Roma, y de La Traviata, en La Fenice de Venecia, refugiada en una tienda de campaña tras el incendio del histórico teatro. Los trabajadores del Mayo Musical Florentino impedirán, el próximo día 26, que se estrene la célebre Lucía de Lammermoore.También en Bolonia se prevén paros. Y, de nuevo en Florencia, fuentes sindicales indican que los jefes de Estado y Gobierno que acudan el 21 y el 22 de junio para el Consejo Europeo tendrán que prescindir de los fastos musicales programados. En cuanto a la eficacia de la huelga de hoy, hay pocas dudas, ya que ha sido convocada por todos los sindicatos interesados y, en primer lugar, por los de músicos. Los turineses que habían hecho cola para Ver Cendrillon, de Jules Massenet, en el Reggio, pueden estar seguros de que no habrá espectáculo, y lo "sino puede decirse de los de Palermo que tengan entradas para la Adriana Lecouvreur, del Massimo.
En definitiva, una situación parecida a la que se vive en los aeropuertos cada vez que se da un paso hacia la privatización de las compañías. Algunos amantes de la lírica han sacado, al menos, beneficio de las protestas actuales: el mismo 18 de mayo en que pararon Roma y otros teatros, el Carlo Felice de Génova sorprendió con una peculiar protesta, en forma de concierto gratuito ofrecido en la plaza del teatro.
El Carlo Felice es un caso especial, en el que el superintendente, Sergio Escobar, los miembros de la junta del teatro y los sindicatos comparten unánimemente el rechazo al decreto sobre las fundaciones aprobado por el Gobierno de Lamberto Dini.
Pero no ocurre lo mismo en todos los teatros. Hay dos, los de Roma y La Scala de Milán, que en gran medida ha sido la impulsora del decreto, cuyos superintendentes son partidarios de la reforma porque ganarán autonomía. Los de Génova, Turín y Bolonia son los más abiertamente contrarios, y a ellos se une la Academia de Santa Cecilia, la única organización no operística implicada en el asunto por su condición jurídica de ente lírico. En los demás, la situación es variable.
Los entes líricos italianos son 13, e ingresan entre todos, anualmente, unos 900.000 millones de liras del Estado. Hay teatros de ópera importantes, como el Bellini de Catania o el Reggio de Parma, que no entran en esta organización y se financian de otro modo. Un dato curioso es que los dos más favorables a la reforma -la ópera de Roma y La Scala de Milán- sean, con mucho, los dos que reciben más financiación pública de todos los entes líricos. Los detractores del decreto sostienen que lo que el Gobierno pretende es desentenderse de la ópera.
Exenciones fiscales
Esto último ha sido negado por fuentes gubernamentales, que destacan que sólo se transformarán en fundaciones los entes líricos que lo deseen. Los demás, podrán seguir como hasta ahora. Pero, por otro lado, sólo gozarán de exención fiscal las aportaciones privadas a las fundaciones. Se trata de las dos novedades que el decreto de Dini ha introducido con respecto al proyecto de reforma incluido, en diciembre, en la Ley de Presupuestos de este año. Una cosa cierta es que en dicha ley sí quedaba claro que el Estado no quiere seguir financiando los déficit extrapresupuestarios que cada año presentan los teatros.Satisfecho con el decreto, que debería entrar en vigor el 30 de mayo, está Carlo Fontana, superintendente de La Scala, y su director artístico, Riccardo Muti. La Scala tiene ya su proyecto de fundación y el apoyo financiero de la mayor caja de ahorros lombarda, la Cariplo.
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