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EE UU quiere que las sanciones económicas contra Irak duren al menos otros cinco años

Estados Unidos y el Reino Unido harán todo lo posible para que las sanciones económicas impuestas por Naciones Unidas a Irak tras la invasión de Kuwait, en agosto de 1990, se extiendan cinco años más. Washington y Londres pretenden que el acuerdo de petróleo para pagar alimentos y compensaciones sea lo único que el régimen de Bagdag obtenga de la comunidad internacional. Ambos Gobiernos están convencidos de que el fin de las sanciones a Irak premitiría al presidente Sadam Husein reconstuir su Ejército y volver a amenazar a cualquiera de los aliados occidentales en el golfo Pérsico , según anunciaron ayer funcionarios y analistas de ambos países.

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"No lo recoge ninguna resolución de la ONU, pero Estados Unidos y el Reino Unido han expresado claramente que mantendrán su presión sobre Sadam y que las sanciones no se levantarán mientras Sadam Husein se mantenga en el poder", declaró un diplomático occidental que pidió no ser identificado.Francia, Rusia y China, los otros tres miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, tienen una política más comprensiva hacia Irak y consideran que su aislamiento indefinido y el continuo acorralamiento de Sadam con las sanciones será contraproducente a la larga.

Para el embajador iraquí ante la ONU, Nizar Hanidoori, el acuerdo alcanzado el lunes abre paso a la "posibilidad de presionar por el levantamiento total del embargo de Naciones Unidas". Y en Bagdad, el régimen calificó el acuerdo de "victoria" frente a Occidente.

El silencio guardado por todas las monarquías del Golfo, con la sola- excepción de Qatar, sobre lo que el resto del mundo ha considerado un "alivio humanitario para el pueblo iraquí", revela que Washington y Londres tienen en estos países unos perfectos aliados para sus planes de mantener a Sadam a raya. Estados Unidos y el Reino Unido insisten en que Sadam Husein ha mentido repetidamente a la comunidad internacional sobre su programa para dotarse de armamento nuclear y volverá a hacerlo.

Por otra parte, Irán criticó ayer duramente el acuerdo alcanzado el lunes y subrayó que tiene un carácter "más egoísta que humanitario". Según Radio Teherán, "más que tener en cuenta las consideraciones humanitarias, es un esfuerzo de las Naciones Unidas para quitarse de encima sus problemas financieros", ya que parte del dinero del petróleo iraquí se destinará a pagar a los gastos de la Comisión Especial de Naciones Unidas encargada de desmantelar el armamento iraquí.

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Correr al mercado

Mientras, en Bagdad, la población ansiosa por poner a la angustia del embargo que ha limitado considerablemente sus raciones alimentarias, se apresuró a visitar los mercados de la capital con la esperanza de que la noticia hubiera bajado los estratosféricos precios que se piden por los alimentos. No fue así y, además, el dólar se apreció frente al dinar iraquí que saltó de los 450 dinares por dólar estadounidense a 650, ante los rumores de que el Gobierno se disponía a depreciar oficialmente su moneda. El Ministerio de Hacienda tuvo que salir al paso de las especulaciones.Tras cinco años largos de penurias, los iraquíes recibieron como un jarro de agua fría la noticia de que se necesitarán alrededor de seis semanas para colocar en el mercado los primeros 700.000 barriles diarios que, como máximo, Irak tiene derecho a vender, según el acuerdo alcanzado. Los dos tercios del importe obtenido se destinarán a la compra de alimentos y medicinas.

La comunidad internacional expresó de forma generaliza su satisfacción por el acuerdo. En España, el Gobierno hizo un llamamiento a Irak para que cumpla todos los requisitos necesarios para permitir "su plena reintegración en el seno de la comunidad internacional". Turquía, a través de cuyo oleoducto se realizarán las exportaciones del crudo iraquí, calificó el acuerdo de "muy positivo".

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