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Pujol y Rosell se enfrentan a Cuevas por el contrato estable

El presidente de la Generalitat y líder de Convergència i Unió (CiU), Jordi Pujol, se declaró "perplejo" y "sorprendido" por las declaraciones del presidente de la patronal, José María Cuevas, quien acusó a CiU de rehuir su responsabilidad en medidas impopulares y endosarlas a empresarios y sindicatos. A esas críticas a Cuevas se ha sumado Joan Rosell, presidente de la patronal catalana Fomento, afiliada a CEOE.

Cuevas dijo el lunes que CiU ha impedido que se tomen decisiones impopulares sobre la reforma del mercado laboral que podrían haberse adoptado hace tiempo, por lo menos en 1994. Pujol calificó de "injusta" esta crítica y recordó que la coalición que dirige es "Ia única que se ha mojado" presentando una propuesta concreta de reforma laboral para promover el aumento de contratos estables.

"El PSOE no lo hizo", afirmó el presidente catalán en declaraciones a la cadena SER, "y además no quiso entrar a analizar nuestra postura. El PP tampoco lo ha hecho y que yo sepa la patronal, tampoco. Por tanto, hemos sido los únicos que nos hemos mojado con todo detalle".

En apoyo de Pujol acudió el presidente de la patronal catalana Fomento del Trabajo Nacional y vicepresidente de la CEOE, Joan Rosell, que acudió el lunes junto a Cuevas a la entrevista con el presidente Aznar. En una entrevista en COM Ràdio, Rosell dijo: "Cuevas cree que el contrato estable es Ilegal. Nosotros diferimos del señor Cuevas porque creemos que, cuantas más alternativas, mejor". Rosell fue más lejos y aseguró que la propuesta de CiU "gusta" a la patronal catalana, que la ha estudiado detenidamente.

Déficit de Sanidad

Por otra parte, el resultado de los pactos entre CiU y PP está lejos de satisfacer las expectativas que había suscitado en el Departamento de Sanidad de la Generalitat. De los 60.000 millones que reclamaba CiU, sólo ha logrado 21.000.Este aspecto del pacto era considerada esencial, ya que buena parte de la deuda que arrastra la Generalitat procede del desfase entre lo presupuestado y lo gastado en el Departamento de Sanidad, que reconoce un déficit acumulado de 148.300 millones. La crisis está paralizando el sector: a mitad del ejercicio, Sanidad no ha comenzado siquiera a negociar los conciertos hospitalarios de este año.

Los problemas de tesorería obligan al Departamento de Sanidad a recurrir constantemente al crédito, hasta el punto de que la carga financiera de la deuda supuso en 1995 un gasto adicional de 11.000 millones de pesetas en intereses. CiU y el PP han dejado "abiertas" las puertas para discutir más adelante el modelo de financiación sanitaria, ya que el PP pretende realizar un estudio a fondo de las cuentas del Insalud antes de comprometerse.

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