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Romano Prodi quita importancia al 'gobierno' proclamado por la Liga Norte italiana

El llamado gobierno de Padania proclamado el pasado domingo por la Liga Norte italiana ha sido acogido con manifiesta indiferencia por los políticos italianos. Frente a los comentarios preocupados de algunos analistas de diarios, Romano Prodi, presidente in péctore del Ejecutivo y uno de los pocos políticos que ha emitido opinión al respecto, ha dicho: "No sólo es un problema que me afecte mucho". Los periódicos, por su parte, destacaron ayer que el líder de la citada Liga Norte, Umberto Bossi, se ha manifestado abierto a negociar el federalismo.

"El mes que viene tendrán que hacer planes de ajuste financiero, y entonces habrá que negociar el apoyo a tales planes con la condición de que la negociación incluya un programa. más general que tenga en cuenta la situación del país. No creo que la vía adecuada sea la indicada por el presidente de la Cámara , Luciano Violante, que habla de ejércitos y de represión", declaró Bossi el domingo.En palabras más claras, lo que Bossi sugiere a Prodi es la ayuda de los 59 diputados y 27 senadores de la Liga para que el Parlamento apruebe los planes de austeridad que serán la prioridad absoluta del Gabinete. Antes incluso de que éste nazca, el primer ministro en funciones, Lamberto Dini, que se incorporará al próximo Gobierno como ministro de Prodi, estudia aprobar un plan de recortes para ahorrar al menos 10 billones de liras (unos 800.000 millones de pesetas). La contrapartida del apoyo de la Liga sería un avance decidido hacia el federalismo.

"Federalismo a cualquier precio. Somos muchos los que lo queremos", ha dicho, por su parte, Prodi, en respuesta a la petición de reformas formulada por más de 40 alcaldes del noreste italiano pertenecientes a todos los partidos. El primer ministro sabe bien que con Bossi puede llegar a un acuerdo en temas de presupuestos. De hecho, la Liga colaboró sin problemas en ese terreno con el centro izquierda durante los 14 meses del Gobierno de Dini. Y la eventual ayuda de la Liga no es para despreciar, a la vista de las crecientes salidas de tono de Refundación Comunista y su líder, Fausto Bertinotti, que en estos días se ha pronunciado por la necesidad de que se disuelva la OTAN y por la abolición de los criterios de Maastricht.

Prodi, que recibirá el jueves por la noche o el sábado próximo el encargo de formar Gobierno, dependerá de los 35 diputados de Refundación Comunista mientras la Liga u otros partidos del centro no le echen una Mano. Varios de los ministros que el nuevo jefe de Gobierno considera ya seguros -Dini en Exteriores, Carlo Azeglio Ciampi en el Tesoro, Antonio Maccanico, Beniamino Andreatta, Giorgio Napolitano, además de Antonio di Pietro en Obras Públicas y Walter Veltroni como vicepresidente primero- le gustan poco a Bertinotti.

El rechazo de Maastricht por los comunistas enlaza con el problema de la Liga, ya que, como ha señalado algún analista, las amenazas separatistas de ésta, distantes del simple federalismo fiscal que predomina entre los empresarios del norte, podrían convertirse en realidad si Italia no lograra entrar en la Unión Monetaria desde el prmer momento. El norte italiano exporta prácticamente toda su producción a Europa, donde sólo las provincias de Vincenza y Treviso realizan cifras similares a las del comercio exterior argentino, y no puede correr el riesgo de quedar marginado en el mercado.

Gran prudencia

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Todo ello explica que Prodi haya reaccionado con gran prudencia al gobierno de Bossi. Si antes de las elecciones condicionó la colaboración con la Liga a que ésta cierre el llamado Parlamento de Mantual ahora, dice, en relación con el gabinete formado el domingo: "Si la Liga quiere organizar su trabajo de ese modo, que lo haga. No se trata de un Gobierno que tenga autoridad ni investidura popular".La línea blanda frente a la Liga conviene a una estrategia centrista y preocupa a Alianza Nacional, que puede temer el aislamiento, sobre todo cuando crecen los rumores de una próxima retirada de la política de Silvio Berlusconi. Quizá por eso, Gianfranco Fini, cortejado por el Partido Democrático de la Izquierda (PDS) sobre la línea de firmeza contra el separatismo, dijo ayer en Palermo: "El Gobierno de Prodi puede representar el golpe definitivo a las esperanzas del sur". Una advertencia paralela, pero contraria a la que Bossi lanza desde el norte.

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