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Wim Wenders: "Me muevo hacia un cine que me acerca a la comedia"

El director alemán da un giro en su filmografía con su nueva película, 'Lisboa story'

Amelia Castilla

, Una declaración de amor a Lisboa y a la nueva música portuguesa de Madredeus. Wim Wenders (Düsseldorf, 1945) se ha sacado la espina con la capital lusitana. Lisboa story, la película que ayer se estrenó en Madrid, empezó siendo un documental y acabó convertida en su filme más divertido y autobiográfico. "Soy alemán y la ligereza no se me da con facilidad, pero me atrae mucho. Me muevo lento pero seguro hacia un cine que me acerca a la comedia. Espero hacer una comedia'algún día", aseguró ayer el cineasta alemán en la presentación de la película.

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Wenders se presentó ante los periodistas hecho un pincel: traje beis, camisa blanca cerrada hasta el último botón, reloj por fuera, botines negros y gafas pequeñas de montura metálica. Pidió disculpas por su "oxidado" español y aclaró que para un director de cine las películas son como sus hijos: "algunos son problemáticos, no terminan de crecer, y otros no lo son tanto". Lisboa story, la historia de un artista desorientado ante el consumo y el vertiginoso ritmo de la vida moderna, es "una película muy adulta y muy independiente".Cuando el productor Paulo Branco le propuso dirigir una película sobre Lisboa, financiada por la misma ciudad con motivo de la capitalidad cultural, Wenders pensó que era buen momento para recuperar las ocasiones perdidas con Alicia en las ciudades y En el curso del tiempo. "Tenía la sensación de haberme quedado con la superficie del lugar", aseguró ayer el cineasta alemán al referirse a las películas rodadas en la capital portuguesa. Wenders tuvo total libertad para rodar. A la hora de abordar el filme, su único compromiso fue dedicarlo a la ciudad.

Wenders ha insertado en la película momentos de humor -"el personaje central aceptó el papel poniendo como condición que no se cortaran las escenas divertidas"-, mucho dramatismo psicológico y una trama policial. "Escribí la película mientras la rodaba, porque en un principio se trataba de un documental, pero después de algunos días en la ciudad comprendí que prefería inventar una ficción".

Protagonistas

Los protagonistas de Lisboa story, además de la ciudad y la música de Madredeus, son dos personajes que ya ha utilizado en otras películas: Phillip Winter, interpretado por Rüdiger Vogler, en el papel de ingeniero de sonido, y el cineasta Friedrich Monroe, que ya apareció en El estado de las cosas, interpretado por Patrick Bauchau.Como en otros de sus filmes, el director de El amigo americano o de París, Texas recurre a la colaboración de cineastas mayores que él. Con Michelangelo Antonioni rodó Mas allá de las nubes y en Lisboa story ha contado con la colaboración de Manoel Oliveira, que hace un pequeño papel en esta obra. A juicio de Wenders, ninguno de los dos míticos realizadores se ha dejado impresionar por los progresos tecnológicos y han conservado una mirada clara y confiada en la realidad. El texto que Oliveira recita en la película lo improviso él mismo tras una pequeña conversación con Wenders: "La única verdad es la memoria. Pero la memoria es una invención", asegura el director portugués en una escena antes de colocarse un bigote falso e improvisar una imitación de Charlot.

Las primeras imágenes de Lisboa story reflejan un viaje en automóvil desde una ciudad alemana hasta Lisboa a través de una Europa sin fronteras. "Realizarnos ese trayecto la primera vez que se permitió hacerlo. Para mí fue muy emocionante recorrer Francia, España y Portugal sin necesidad de mostrar ni una sola vez nuestros pasaportes", explicó el director, que se mostró totalmente partidario de la unificación como¡ el único medio para que Europa no se convierta en parte del Tercer Mundo. "Es la única forma posible de potenciar todos los idiomas y todas las culturas", aseguró. "Pasará un tiempo hasta que todos los pueblos comprendan que Europa es su patria, pero creo que es una gran idea".

El director alemán aseguró también que se reconocía en los dos protagonistas de Lisboa story, aunque se siente mucho más cerca del personaje que interpreta el ingeniero de sonido que del director de cine. "Winter hace lo que le gusta, le gustan los sonidos, le gusta pasear... trabaja desde sus instintos. El otro es un director que trabaja mucho con su cerebro, así que todo se convierte en un problema para él. Le comprendo, pero he acabado odiándole a muerte. La última vez que trabajé con él acabé pegándole un tiro en la cabeza; el director habla con mis palabras, pero he acabado desentendiéndome de él".

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