¿Relatos para un primogénito juerguista?

Entre los exiliados libios en El Cairo, Roma o Londres, se sospecha que, a sus 54 años, el coronel libio ha escrito sus relatos con la mente puesta en Saif al Islam Gaddafi, el primogénito de sus seis hijos, en el que pensó para sucederle antes de que se alejara de los valores tradicionales de la sociedad tribal libia.A sus 21 años, Saif, que abandonó la carrera de medicina, ha mostrado escaso interés por la política y una mayor inclinación por la buena vida en el extranjero -salió fotografiado en revistas italianas posando con jóvenes en biquini en las playas de Italia- Ahora, Gaddafi apuesta más bien por su vástago Mohamed para heredar el cargo.

De todas formas, no parece que Gaddafi tenga la intención de renunciar a la jefatura del Estado. Con motivo del décimo aniversario del bombardeo norteamericano recibió, el 17 de abril, en las ruinas de su residencia machacada por los proyectiles, a unos periodistas. Le preguntaron si no estaba cansado de gobernar. Aseguró que desde 1977 él no dirige Libia, sino las masas a través de los congresos populares, como señala su Libro verde.

La crítica literaria árabe ha brindado, en general, una buena acogida a la inesperada nueva obra del coronel. Como un "narrador prominente" le describe Al Ahram, el principal rotativo egipcio, y el director de la revista fememina Hawaa, lkbal Baraka, no duda en afirmar que "por primera vez un político árabe ha logrado convertirse en un relevante escritor ( ... )".

"Gaddafi", prosigue el crítico, "quiere enviar mensajes de advertencia a través de sus relatos y formula un grito para que no nos quedemos sumergidos en un mar de contaminación, servidumbres, mitos e ilusiones. Y todo ello en un estilo pulido que evita desparramarse". Algunos columnistas se preguntan, no obstante, si su éxito es de verdad achacable a sus méritos literarios o a la curiosidad que inspiran unas narraciones escritas por un personaje qué, tras 25 años en el poder, sigue siendo igual de polémico