Simón Peres lamenta la muerte de inocentes, pero culpa a Hezbolá de la tragedia

, El primer ministro israelí, Simón Peres, lamentá ayer el bombardeo de su Ejército de campamento de la ONU en Líbano en el que resultaron muertos casi un centenar refugiados. "Lamento la muerte de civiles. El único culpable es Hezbolá, y si los sirios y los libaneses no lo impiden, ellos [la guerrilla proiraní] traerán el desastre a Líbano", declaró Peres en una conferencia de prensa tras la reunión de urgencia de los responsables de los ministerios relacionados con la defensa de Israel. Anoche Peres obtuvo la luz verde de su Gabinete para negociar un cese de hostilidades en Líbano, "Si las otras partes aceptan el alto el fuego, nosotros lo aceptaremos de inmediato", declaró el líder laborista israelí.

A últimas horas de ayer la posibilidad de un alto el fuego se abría camino con fuerza. El primer ministro libanés, Rafik Hariri, tras entrevistarse en Damasco con el presidente sirio, Hafez el Asad, se puso en contacto con Hezbolá para negociar el acuerdo. La guerrilla proiraní lanzó ayer un total de 40 katyusha contra Galílea causando sólo pequeños destrozos y un herido leve.La radio nacional israelí, para justificar la posición del Gobierno, repitió a lo largo del día en todas sus emisiones una declaración del portavoz de la ONU, Timor Goksel, según la cual "tres o cuatro minutos" antes del bombardeo israelí la guerrilla de Hezbolá lanzó varios cohetes Katyusha en dirección a Israel, desde una posición situada a unos "100 o 120 metros" del campamento de la ONU en el que se encontraban refugiados unos 600 libaneses.

El mensaje de la radio israelí a su población era claro: "Hezbolá tendió una trampa al Ejército israelí". La operación Uvas de la Ira comenzó hace ocho días, pero desde hace tres el Gobierno israelí, muestra su "voluntad negociadora", esperando con sus helicópteros cargados de bombas a que caiga el primer Katyusha sobre el norte de su territorio para hacerlos despegar con la misión de bombardear sin tregua al enemigo desde el mismo punto desde el que partieron sus cohetes. Por tanto, el escenario ya se conocía, y llevar los Katyusha cerca de un campamento de la ONU y disparar tres contra Galilea era provocar la respuesta inmediata y automática de Israel, señala la radio.

Pero es evidente que toda respuesta automática conlleva ciertos peligros. El Tsahal (Ejército israelí) conocía el emplazamiento del campamento de la ONU y sabía también, sin duda, que un centenar de soldados de la: ONU se habían desplazado a ese campamento para ayudar a los refugiados libaneses. ¿Por qué, entonces, se realizó una respuesta automática? ¿Qué oficial superior dio la orden de tirar? Se ha abierto una investigación al respecto.

"A juzgar por los datos que tengo, no veo ningún error en la decisión [de disparar]. Luchamos contra Hezbolá. Donde y cuando nos disparen les dispararemos para defendemos. No conozco otra regla del juego, sea para el Ejército o para civiles", declaró el jefe del Ejército israelí, teniente general Amnon Shahak.

Israel repite también que en la misma mañana de ayer ya habían sido heridos ligeramente dos soldados de la ONU por una granada lanzada por Hezbolá, porque los soldados querían impedir que se colocaran los Katyusha cerca de su puesto.

Mientras, Gad Yacobi, embajador israelí ante la ONU, declaró a esa emisora que resulta cada vez más difícil defender la operación Uvas de la Ira ante sus críticos en la ONU. Anoche los miembros del Consejo de Seguridad discutían, bajo una tensa atmósfera, sobre si votar una resolución. de alto el fuego.

En Nazaret y en los barrios árabes del puerto israelí de Haifa, varios centenares de personas se manifestaron Contra el Gobierno de Peres y pidieron "el cese inmediato de la masacre" en Líbano.