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Peripecias de un enfermo renal viajero

Ser turista con una insuficiencia renal que requiere diálisis puede ser un calvario. Sobre todo en el Reino Unido. Fue el caso del madrileño Manuel Calero, de 44 años, vencido por la burocracia. Tuvo que pedir plaza de diálisis con tres meses de adelanto. Tras rellenar un formulario en español la Administración británica le contesta "diciéndome que son incapaces, de descifrar lo que pido".Manuel volvió a la, carga con un nuevo formulario. "En febrero por fin recibí la contestación. Me decían que no tenían plazas en un hospital, que además yo no había solicitado".

El caso es que Manuel ya no lo necesitaba. Un mes antes pudo someterse a un trasplante de riñón en España.

Cuando hace poco se fue de vacaciones a Tenerife, se encontró en el hospital a un inglés sometiéndose tan rícamente a diálisis. Enfadado, Calero dice que los beneficios de ser europeo chocan con las carencias de algunos países.

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