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BIOTECNOLOGÍA: TRATAMIENTO DE RESIDUOS INDUSTRIALES

Las petroquímicas 'contratan' bacterias

Se echan unas bacterias específicas en los tanques de un petrolero, se las deja un tiempo para que hagan su trabajo y al final no sólo dejan los depósitos limpios de los recalcitrantes residuos, sino que han extraído suficiente crudo de los restos acumulados en los rincones y las paredes como para pagarse su propio coste. En varios buques y tanques de refinerías de algunos países, estos nuevos empleados están ya midiéndose con los procesos químicos tradicionales de limpieza.David Gutnick, de la Universidad de Tel Aviv, explicó este proceso, desarrollado por él, en una reunión científica celebrada recientemente en Madrid, en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB) dedicada a las técnicas biológicas aplicadas a la petroquímica.

En tareas como la limpieza de tanques, la estrategia biológica seguramente acabará imponiéndose a la química; en otras, se mantendrán los procesos drásticos de esta última; en la mayoría de los casos, parece que lo más sensato será combinar ambas vías para aprovechar lo mejor de una y otra. La química suele ser contundente y barata pero contaminante; los procesos biológicos, muy específicos y menos tóxicos.

"En el siglo actual, la actividad humana ha puesto en el medio ambiente compuestos xenobióticos, ajenos a la naturaleza, y ésta no ha tenido tiempo evolutivo suficiente para responder ante ellos, no sabe aún cómo degradarlos". Así presenta Víctor de Lorenzo, del CNB, el problema abordado en la reunión. "Si aprendemos cómo desarrollan los microorganismos de forma natural la capacidad de degradar nuevos compuestos", propone como solución, "si averiguamos cuáles son las reglas evolutivas que gobiernan esa capacidad de adaptación, podemos reproducirla en el laboratorio mucho más rápidamente de lo que lo hace la evolución", continúa este experto.

Refinerías

Los biólogos buscan bacterias con habilidades útiles en biorremediación en lugares contaminados, como una tubería que gotea o un charco de petróleo en una refinería. Y si no, intentan arreglar los microorganismos, mejorarlos o estimularlos.

Fernando Rojo, también del CNB, encontró en una refinería de Puertollano unas bacterias que degradan los recalcitrantes y altamente tóxicos compuestos aromáticos polinucleares (PAH). "La compañía Repsol nos planteó un problema que tienen todas las empresas petrolíferas: el tratamiento de residuos como los PBC que quedan cuando se ha extraído del crudo todo lo que tiene valor (gasolina, aceites)", explica Rojo. Ahora está investigando cómo la bacteria que ha encontrado degrada los PAH y en qué los convierte. No quiere recurrir, de momento, a la ingeniería genética para mejorar sus bacterias, sencillamente porque complicaría mucho la obtención de permisos para sacarlas del laboratorio.

Sin embargo, muchos expertos consideran que la manipulación de genes es prometedora en este campo. "Las capacidades de las bacterias están relacionadas cada una con un gen o varios genes, y el intercambio de los mismos se produce constantemente de forma natural", explica De Lorenzo. Lo que hace la ingeniería genética es forzar ese intercambio. Por ejemplo, si una bacteria es capaz de devorar un compuesto pero "no le apetece hacerlo" porque hay otras fuentes de alimento más ricas que los residuos de petróleo, la adquisición de nuevos genes puede "animarla" a consumirlo.

De cualquier forma, los biólogos están convencidos de que el medio ambiente es definitivamente el primer beneficiado por este trabajo de los microorganismos. ¿Y los riesgos? De Lorenzo explica que las bacteria son agentes naturales, que no son contaminantes. Tampoco a Rojo se le ocurre qué situaciones de alarma social podrían crear estas bacterias empleadas en la industria.

Pero no se puede pedir todo a las bacterias. Gutnick cree que la estrategia biológica no se lucirá precisamente en las actuaciones de emergencia ante accidentes, cuando la remediación tiene que ser muy rápida, y los microorganismos necesitan tiempo para crecer en colonias y hacer su trabajo. Claro que en los desastres ecológicos nada es definitivamente blanco o negro. Este investigador recuerda lo que presenció en la costa de Alaska siniestrada por el accidente del petrolero Exxon Valdez. "Trabajaron allí 10.000 personas y era como Vietman, con helicópteros sobrevolando la zona, visitas de personalidades... era un follón, y no está claro qué fue más perjudicial para el medio ambiente, si el crudo vertido o las 10.000 personas limpiándolo".

Microorganismos blindados

A veces sucede que una bacteria capacitada para biodegradar un compuesto tóxico no sirve para operaciones de biodegradación por la sencilla razón de que la concentración del agente contaminante es tan alta que destruye al microorganismo antes de que éste lo y lo asimile. "Por ejemplo, algunos hidrocarburos aromáticos, como el tolueno o el xileno, que son sumamente tóxicos, disuelven la membrana de la bacteria que podría degradarlo", comenta Juan Luis Ramos, del CSIC.Ramos y su equipo han descubierto una artimaña de la naturaleza que puede ser muy útil para operaciones de biorremediación: unas bacterias capaces de blindarse, de modificar su membrana y construirse como tina fortaleza. "Entonces, el disolvente entra muy lentamente en la bacteria y ésta lo puede degradar", explica Ramos. Son microorganismos naturales que ellos han encontrado en la planta de tratamiento de aguas residuales de Granada.

Como la capacidad de blindaje de esta bacteria es independiente de su capacidad metabólica, cabe pensar en transferir una u otra, es decir, los genes implicados. Se puede así enseñar a la bacteria que se blinda cómo comer un compuesto específico o transferir la técnica del blindaje a una que sabe degradar el agente tóxico.

Ramos y su grupo recurren a la transferencia natural de genes en sus experimentos. Así lo hicieron en un trabajo anterior, cuando lograron unas bacterias que degradan residuos tóxicos de fabricación de explosivos. Son bacterias naturales que ellos encontraron y estudiaron a fondo hasta integrarlas en un proceso industrial completo que ya funciona en una planta piloto de una fábrica española.

No es que este microorganismo devore cartuchos de TNT, sino que degrada el nitrato generado en el proceso industrial y lo incorpora a su masa celular como alimento.

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