Pekín, en el banquillo
Ante las noticias aparecidas recientemente en la prensa, en las que se afirma que 16 mujeres serán juzgadas por abortos realizados en 1991 y para quienes la fiscalía solicita penas de seis meses y un día de prisión, queremos manifestar nuestra preocupación por el escaso eco que un hecho tan grave ha tenido en los medios de comunicación, al igual que recordar a jueces y parlamentarios que en la reciente Conferencia de la Mujer, organizada por las Naciones Unidas y celebrada en Pekín, los presentes se comprometieron a revisar las leyes que prevén medidas punitivas contra las mujeres que han tenido abortos ilegales.No podemos olvidar, por otra parte, que también cinco empleados de la clínica donde se realizaron dichos abortos están acusados y se enfrentan a varios años de cárcel. Lo hemos dicho en múltiples ocasiones y lo volvemos a afirmar: ninguna mujer desea abortar. Ésa es una decisión que siempre supone un desgarro para cualquier mujer, pero, una vez tomada, las leyes deberían posibilitar que se lleve a efecto, de forma que ninguna mujer tenga que sumar a su sufrimiento el rechazo social y la pena de prisión.- y tres firmas más.
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