Hacer las Americas

Ferrocarriles, eléctricas, puertos, telecomunicaciones... Todo se quiere vender al mejor postor en Arnérica Latina, en muchos casos sin tener una estrategia sectorial concreta. De ahí que surjan conflictos, como ha sucedido hace unos días con el traspaso de la compañía de ferrocarriles boliviana ENFE al grupo privado chileno Cruz Blanca. "Chile nos arrebató la salida al mar y ahora nosotros le regalamos los trenes", tronaba buena parte de la prensa en La Paz cuando se hizo pública la operación. Edgar Saravia, subsecretario de Capitalización [privatizaciones], quitó hierro al asunto al afirmar a este periódico que "solo es la reacción de una minoria que pretendía que no participasen empresas chilenas en la privatización, pero eso no lo hemos aceptado".

Inquietud española

Algo similar ocurre en Argentina donde el ministro español de Comercio y Turismo, Javier Gómez Navarro, trasladó al ministro argentino de Economía, Domingo Cavallo, el malestar de las empresas españolas que han invertido en el país por lo que calificó de "inseguridad jurídica" producida por no respetar las condiciones establecidas en los contratos de compraventa. Y es que, por ejemplo,, Telefónica había firmado elevar las tarifas urbanas a cambio de rebajar las internacionales, algo que ahora parece no ver claro el Ejecutivo de Carlos Menem.En este río revuelto, España, según las últimas cifras publicadas por el Institute for European-Latin American Relations (IRELA), se ha convertido en la década de los años noventa en el mayor inversor de los países pertenecientes a la Unión Europea en Latinoamérica, con una cuota del 27% sobre el periodo y con un 45% en 1994, lo que se traduce en unos 2.800 millones de dólares entre 1990 y 1994, especialmente debido a su inversión en la telefonía peruana. Le siguen el Reino Unido, Alemania, Francia y Holanda. Estados Unidos, con unos 33.600 millones de dólares en inversiones directas en la región, se configura como el líder inevitable en este campo, mientras que las inversiones japonesas se han mantenido a unos bajos niveles, en torno a los 1.900 millones de dólares.

En total, según el estudio citado, América Latina ha recibido 66.000 millones de dólares en inversiones directas desde 1990 a 1995, lo que supone el 11,3%.de los fondos dirigidos en ese periodo a los mercados emergentes. Un aumento sustancial y que supone multiplicar por cuatro las inversiones recibidas en la región latinoamericana en el periodo comprendido entre 1985 y 1989.