Juan Cruz: "Los libros son hijos de su tiempo y así se asumen"

Casi 25 años después de la presentación en Madrid, en la desaparecida librería Fórum, de Crónica de la nada hecha pedazos, la primera novela de un entonces desconocido escritor y periodista canario, Juan Cruz, volvió ayer a presentarse en una nueva edición que ha publicado Alba Editorial. Entonces hizo de presentador Fernando Savater, un joven y airado filósofo, y aquélla fue su primera presentación ("después ha debido hacer unas 1.200 presentaciones", calcula a ojo Juan Cruz), e intervino también, en calidad de amigo, paisano y hermano, Fernando Delgado, y entre el público, por casualidad, estaba Joaquín Estefanía, hoy director de Publicaciones de El PAÍS.

Los tres, ayer, con veintitantos años más a cuestas, volvieron a reunirse para el rito de la botadura de una nueva edición. "Ciertamente", cayó en la cuenta Savater, "los que estamos hechos pedazos somos nosotros". Todos, tal vez, excepto Juan Cruz, que ha recibido sin ningún pudor esta nueva edición de su novela. "El tiempo", dice, "te deja en el mismo sitio. Yo sólo tengo la edad de la literatura; por suerte o por desgracia todo lo que yo hago lo convierto en literatura. Y en aquella novela primera estaba ya el que después he sido". Y el que ha sido es un periodista que vive la literatura, dijo Estefanía, como "una escapada permanente".Estefanía encontró palabras en éste y en el resto de sus libros que le entraban, a Juan Cruz, como un zapato: desasosiego, aceleramiento, precipitación, manejo del argot y de la jerga, utilización de la metáfora y, sobre todo, melancolía y duda permanente.

Savater reiteró que la del autor de: Crónica... era "una de las vocaciones literarias más acrisoladas, la de alguien que ha apostado para siempre por la literatura". Envidió en Juan Cruz "esa urgencia de escribir todos los días". "Algo que me sorprende, pues yo soy como los taxis: escribo sólo cuando me llaman", señaló. Delgado dio fe de testigo de esta novela, que vio "nacer y crecer, una novela de muchas casas, máquinas de escribir y noches, pues entonces se escribía de noche".

Una obra fragmentada

Una obra, pues, lo corroboraría Juan Cruz, hecha de forma fragmentada, escrita según se iba viviendo, una novela, en fin, que sirvió a Delgado y a muchos escritores canarios que fueron surgiendo para aprender a escribir: "A muchos insulares esta Crónica nos empujó a hacer novelas para aprender a hacerlas; su vida, pues, es la nuestra y, por eso, esta novela, ahora, sigue siendo un poco de todos". Una novela de la que Juan Cruz no ha tocado una coma; "incluso", reconoce, ha dejado una falta de ortografia "porque así salió entonces y porque forma parte del libro. Los libros no se deben revisar, son hijos de su tiempo y así se asumen".