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Dos asaltantes de un cuartel argentino podrán cumplir su condena en España

Juan Jesús Aznárez

J. J. AZNÁREZ, Sentenciados a cadena perpetua por su participación armada en la toma del cuartel de La Tablada ejecutada el 23 de enero de 1989 por el izquierdista Movimiento Todos por la Patria (MTP), dos de los asaltantes podrán cumplir sentencia en España al tener doble nacionalidad. Se trata de Luis Darío Ramos Salaverti y Sebastián Joaquín Ramos Mora, nacidos en Argentina de padres españoles, que no habían cumplido los 20 años cuando participaron en el ataque suicida al regimiento bonaerense, recuperado por el Ejército después de 29 horas de combates y más de 30 muertos.

La Cámara de Casación Penal argentina aprobó la solicitud de la defensa de los dos encausados, encontrados culpables de asociación ilícita calificada, rebelión y homicidio, de acogerse al acuerdo de traslado de condendos y cumplimiento de pena en el país de origen firmado por Argentina y España en 1991 y el cual entró en vigor dos años más arde.

Según las fuentes consultadas, la decisión de la Cámara de Casación argentina fue adoptada el viernes día 15 y pudo ser recurrida por el fiscaI. Juan Martín Romero ante la Corte Suprema de Justicia en el plazo de 10 días hábiles. De momento no se tiene conocimiento de que lo haya hecho. El Gobierno español había pedido en varias ocasiones la aplicación de este acuerdo bilateral, pero hubo interpretaciones diferentes sobre la nacionalidad de los presos al haber nacido en Argentina. De hecho, la Cámara Federal de San Martín entendió, en junio del pasado año, que no procedía la aplicación del convenio.

"Hechos luctuosos"

Ramos Salavarti y Ramos Mora, que no son parientes, participaron en un episodio "que conmovió los cimientos del país, constituyendo uno de los hechos más luctuosos verificados durante la vigencia del Estado democrático". Lideró el ataque Enrique Gorriarán Merlo, uno de los fundadores del desaparecido Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), capturado en octubre pasado en México y pendiente de juicio.

Consumado el fracaso, Gorriarán Merlo aseguró que la violenta irrupción de la milicia armada del Movimiento Todos por la Patria en un regimiento situado en las afueras de Buenos Aires, que mereció un generalizado rechazo de todas las fuerzas políticas y sindicales, quiso tener un "carácter preventivo" -ya que el MTP disponía de información sobre la inminencia de una insurrección castrense para hacerse con el poder.

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Nunca se entendió bien de qué manera el asalto pudo ayudar a la consolidación de una democracia recuperada en 1983, después de siete años de cruel dictadura militar. A finales de 1990, ocurrió otra rebelión, esta vez a manos de militares con las caras tiznadas de corcho quemado y acaudillada por el jefe de comandos Aldo Rico. También fracasó.

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