Las matemáticas constituyen el punto más débil de los escolares españoles
El MEC publica los resultados de la primera evaluación estatal de la enseñanza primaria
El trabajo de campo para la obtención de los datos del estudio del INCE de los que informaron ayer el secretario de Estado de Educación y Ciencia en funciones, Álvaro Marchesi, y el director del INCE, Alejandro Tiana, se realizó entre los días 15 de mayo y 22 de junio de 1995. El estudio fue aplicado por la empresa Imop Encuestas a una población escolar de unos 20.000 alumnos de 437 colegios de educación primaria públicos y privados de todas las »comunidades autónomas de España. Se procuró que en la muestra estuvieran representados los centros en la misma proporción que tienen realmente en el total de la población escolar de todo el Estado. En concreto, se aplicó el estudio en 280 públicos y 157 privados, de los que la inmensa mayoría son colegios concertados, es decir, sostenidos con fondos públicos.En cuanto a la población escolar, fueron evaluados unos 8.000 alumnos del segundo curso del primer ciclo de la etapa de educación primaria (sistema educativo de la LOGSE) y unos 10.500 de sexto curso de EGB (sistema de la ley Educación de 1970). Conviene recordar que en el curso 1994-95, todavía no había entrado en vigor el sexto curso de primaria. La media de edad del primer grupo de alumnos evaluados es 7 años y 11 la del segundo. A la encuesta dirigida a las familias contestó prácticamente la mitad, unas 10.000, y en cuanto a los profesores, 1.700.
De acuerdo con los datos técnicos del estudio, el nivel de confianza es del 95,5% (+1-2 sigmas) un margen de error muestral de + 1-0,07% para la estimación de medias y de +-1-5% para porcentajes.
El estudio se proponía conocer y valorar el proceso de implantación de la nueva etapa educativa y su efecto en lo! centros docentes Y establecer una línea base acerca de los niveles de aprendizaje alcanzados por! los alumnos en el entonces vigente sexto de EGB con objeto de permitir su comparación posterior con lo que logren los futuros alumnos de la nueva primaria. Hay que recordar que en el año académico actual todos los niños de 11 a 12 años están por primera vez en el sexto y último curso de dicha nueva etapa.
Pruebas tipo test
Aparte de pruebas específicas para las principales áreas de conocimiento (lengua, matemáticas y ciencias sociales y naturales), se pasaron unos cuestionarios a los propios alumnos, sus familias, sus profesores y los equipos directivos de los colegios. Marchesi explicó que, dado que se aplicaron pruebas tipo test (a las que están poco acostumbrados los escolares españoles), se pidió a los profesores su propia evaluación de cada alumno y se comprobó un alto grado de correlación entre ambas medidas.En cuanto a los resultados que reflejan las pruebas específicas para la evaluación del rendimiento, puede afirmarse que al final de la etapa, en sexto curso, el promedio de los alumnos consigue sólo un aprobado raspado en matemáticas y calificaciones mucho más altas en las restantes áreas. Resulta preocupante, en este sentido, que en esta misma disciplina, las matemáticas, el promedio de alumnos que supera el aprobado sea considerablemente mayor en el segundo curso del primer ciclo (a los 7 años) que cuatro cursos más tarde (a los 11), en sexto.
Rosario Martínez Arias, catedrática de Psicología de la Universidad Complutense y directora del comité técnico del estudio del INCE, advirtió que la inferior respuesta escolar en matemáticas en comparación con las otras áreas, es similar en todos los países. Martínez Arias dijo también que el aparente y paradójico empeoramiento en los resultados a medida que el alumno avanza en su escolaridad guarda relación con la progresiva incorporación del pensamiento abstracto al currículo de matemáticas del alumno.
En todo caso, es útil recordar que en 1989, en una prueba de matemáticas aplicada a 23.000 escolares de 13 años de diversos países organizada por La Fundación Nacional de la Ciencia y el Departamento de Educación de Estados Unidos, los alumnos españoles consiguieron el tercer puesto (ver EL PAÍS del 2 de febrero de 1989). Por encima del grupo de escolares españoles sólo se situaron los surcoreanos y los canadienses anglófonos. Británicos, irlandeses, canadienses francófonos y norteamericanos obtuvieron en aquella prueba resultados inferiores a los españoles.
Las chicas, mejor
Observados con cierto detalle los resultados de esta primera evaluación aplicada por el INCE, se "aprecia que, por tipo de contenido o capacidad a medir en conceptos (55%) y procedimientos (53%) el porcentaje medio de aciertos por alumno es superior al 50%, pero en resolución de problemas alcanza sólo el 40%. Estamos hablando, en este caso, de los resultados de los alumnos de sexto de EGB.En cuanto al factor sexo, los resultados del estudio del INCE parecen alejarse de la tradicional creencia de que hay una mejor disposición para las matemáticas en los varones que en las mujeres. Al igual que en las pruebas de lengua, las chicas (con un promedio del 51 % de aciertos) están dos puntos por encima de los chicos (49%).
La actitud de los escolares españoles frente al área de matemáticas no es tan negativa como parece pretender su leyenda negra y como tal vez cabría esperar de los resultados. Al final de la prueba se hacían algunas preguntas sobre cómo cree el alumno que va en matemáticas, su visión de la asignatura en relación a las notas, la realidad que le rodea, el esfuerzo que realiza y si le gusta o no. Pues bien, casi las cuatro quintas partes de los alumnos (77,3%) creen que van muy bien, bien o aprobando. Para un 59,5%, sacar buenas notas en esta asignatura es importante para la profesión que vayan a ejercer en el futuro, y también un buen número de padres (el 56,6%) les dicen a sus hijos que tienen que sacar buenas notas en matemáticas. Para un 63,4% de los alumnos, estudiar matemáticas les ayuda a entender mejor los problemas que hay a su alrededor. A casi la mitad (46%) les gustan "mucho", al 20,4% "algo" y al 28,1% "poco" o "nada".
Los mejores resultados en los dos niveles estudiados son los de lengua castellana. Así, en el primer ciclo, el promedio de los alumnos superó el 71,3% de las cuestiones propuestas, y en sexto de EGB, un 64,1%. Por otra parte, en primer ciclo, un 88% de los alumnos supera más de la mitad de la prueba, y un 48%, más de las tres cuartas partes. En sexto de EGB, esos porcentajes son del 77% y 32%, respectivamente. Ello indica, según el informe del INCE, que "la adquisición de las capacidades de comunicación lingüística es bastante satisfactoria". "Los aspectos que presentan mayores dificultades de aprendizaje", añaden los autores del informe, "son los relativos a la reflexión (gramatical) sobre la propia lengua en sexto y la lectura crítica en el primer ciclo. La capacidad más desarrollada es la de comprender mensajes orales y los textos escritos". El menor nivel de rendimiento en gramática es explicado por Marchesi, una vez más, como en el caso de las matemáticas, con referencia al mayor grado de abstracción que aquélla comporta.
Los resultados en ciencias sociales y naturales (el "conocimiento del medio", según el lenguaje oficial relativo a la escuela primaria) son parecidos a los obtenidos en lengua. En conjunto, el promedio de los alumnos sometidos a la prueba superó el 62% de las cuestiones planteadas. El 73% de ellos superó más de la mitad de la prueba, y un 26%, las tres cuartas partes. Tan sólo un escaso 31/0 no llegó a superar la cuarta parte de las cuestiones planteadas.
Álvaro Marchesi, en la que muy probablemente pudiera ser su última comparecencia pública en su calidad de secretario de Estado de Educación y Ciencia, considera "razonablemente satisfactorios" los resultados globales del estudio. Resultados que, según dijo, no le sorprenden porque conoce la "sólida tradición de la escuela primaria española".
A falta de estudios similares anteriores, la comparación con el pasado no puede hacerse, pero Marchesi intuye que ésta sería favorable para la escuela actual si se tiene en cuenta, por ejemplo, que hoy los alumnos comienzan la primaria después de haber estado escolarizados en la educación infantil desde los cuatro años en un 100% de los casos. Los autores del informe señalan que la "impresión general que transmiten los profesores es que las autoridades educativas aún pueden mejorar su actuación".
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