Votar sin ver
Los premios responden a los gustos de profesionales del cine cuya edad media ronda los 60 años y que no necesitan haber visto las películas para votar. Criticar los criterios de los 5.043 miembros de la Academia es uno de los pasatiempos favoritos de los medios de comunicación en estas fechas.Pero el hecho de que la Academia responda habitualmente a esto con cerrazón a explicar sus mecanismos, no convierte a sus miembros en personas sobornables o incultas. La Academia, que se dedica a muchas otras actividades relacionadas con el cine, se divide en ramas según especialidades: actores, directores, fotógrafos, etc. Una de estas ramas es la de los relaciones públicas de las estrellas. En la etapa de las nominaciones cada rama propone a los candidatos de su especialidad y votan también por las candidatas a mejor película del año. Pero a la hora de votar el oscar en cada .apartado todos votan en todos.
Para ser "elegible", una película necesita haber sido proyectada al menos durante una semana en una sala de EE UU. No importa su nacionalidad. Muchas extranjeras han recibido premios en categorías generales, como la sueca Fanny y Alexander, que en 1983 ganó tres oscars, pero ninguna ha ganado el de la mejor película, al que ahora aspira El cartero.
En 1978, Henry Fonda dijo que había delegado el voto en su mujer por pereza, y desde entonces se supone que esta práctica es habitual en la Academia, cosa que ésta niega rotundamente. Pero, ¿quién no discutiría una cosa como ésta con sus amigos o sus familiares?
En la prensa especializada se leen en la etapa de la selección de candidatos propuestas a los académicos, de lo cual se derivan absurdos como los anuncios que ha habido este año proponiendo la candidatura de Demi Moore por La letra escarlata. Ver una película no es requisito para votar por ella, excepto en la categoría de película extranjera, que hay que ir a verla y fichar en un pase especial.
Por esto, muchos miembros no votan en esta categoría. En documentales y cortometrajes, la Academia remite vídeos a sus miembros, pero que los reciban no significa que los vean. De esto no pueden deducirse comportamientos sospechosos o ilegales, pero tampoco tampoco se puede esperar que de tal mecanismo salgan ganadoras las auténticas mejores películas del año.
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