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La tuberculosis causó en 1995 un número de víctimas sin precedentes

La OMS presagia una catástrofe en los próximos 50 años

La tuberculosis se cobró en 1995 cerca de tres millones de vidas, marcando un nuevo récord mundial. El último se registró en 1900, cuando esta enfermedad, que se creía controlada, mataba alrededor de dos millones de personas anualmente. En un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con motivo del Día Internacional Antituberculosis, que se celebra el próximo día 24, ésta presagia que la situación se puede agravar si no se adoptan medidas inmediatas.Al ritmo actual, el número de tuberculosos se podría disparar hasta los 500 millones el próximo medio siglo. Y lo que es peor: se está desarrollando una nueva forma de tuberculosis poliquímicorresistente incurable, como consecuencia de la resistencia que el bacilo de Koch opone a los tratamientos tradicionales.

La lucha contra la tuberculosis resistente ha costado a la ciudad de Nueva York varias centenas de millones de dólares. En España, está infectada por el bacilo un 30% de la población, es decir, unos 12 millones de personas; de ellas, entre un 5% y un 10% desarrollan la enfermedad. Y en Londres, Milán, París, Attanta, Chicago y otras ciudades del mundo en desarrollo, ya se ha diagnosticado esta nueva versión de la enfermedad.Ligada al sida

Si antes era una enfermedad ligada a la pobreza, la nueva tuberculosis no conoce clases sociales ni edades. Actualmente, es la enfermedad más asesina de jóvenes y adultos y la principal causa de mortalidad de los afectados por el sida. Entre las mujeres también ocasiona más víctimas que todas las causas ligadas a la maternidad juntas.

Este recrudecimiento se debe a los descuidos cometidos durante los años setenta y ochenta, según la OMS. "Los científicos ya hicieron todo lo que debían para ayudar al mundo y deshacerse de la tuberculosis", señala el director del programa mundial de lucha antituberculosa, Arata Kochi, que añade que ahora depende de los políticos utilizar las armas que se les ha conferido". Hace más de cien años que se descubrió el bacilo de la tuberculosis y más de 50 que existen medicamentos para curar casi todas las enfermedades. "Desgraciadamente, este arsenal no se utiliza ni completa convenientemente", exclama Kochi. Las consecuencias del mal empleo de los antibióticos para doblegar esta enfermedad ha sido la resistencia del bacilo a los mismos.

Kochi dice que es necesario combatir la epidemia a escala mundial, porque en la actualidad no existe un solo lugar en el planeta a salvo del bacilo. Cualquiera puede resultar contagiado me(liante su inhalación, liberado por la tos o el estornudo de un afectado. Y es que los bacilos pueden permanecer en el aire durante horas o incluso años.

La OMS subraya que ha habido mucha lentitud a la hora de apreciar las consecuencias de este nuevo fenómeno para la salud pública. No hace mucho tiempo que los países ricos han comprendido que lo que se haga o deje de hacer en otros países repercute en la salud de todos.

La OMS aboga por una estrategia conocida por el nombre de tratamiento de corta duración bajo vigilancia directa o TSD, aplicada en países como Tanzania, China o Perú y con la que se ha conseguido doblar el número de curaciones, con medicamentos que no sobrepasan en muchos de estos países los 11 dólares (unas 1.600 pesetas). El secreto de su eficacia radica, sobre todo, en que es supervisado por el personal sanitario y no por los pacientes, que a menudo se olvidan o lo abandonan cuando se empiezan a sentir mejor, sin haber logrado matar al bacilo. Por el momento, sólo el 10% de los tuberculosos son tratados con este nuevo método en el mundo.

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