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La ganadora del Premio Juan Carlos I indagó sólo dos de sus denuncias de tráfico de órganos

Científicos de todo el mundo niegan que exista un comercio ilegal para trasplantes

"Yo sólo puedo reproducir lo que la prensa internacional ha escrito". Así admitía ayer la brasileña Ana Beatriz Magno, ganadora del premio de periodismo Juan Carlos I, que la mayor parte de sus denuncias sobre el supuesto tráfico de órganos en Latinoamérica se basan en otros artículos. Solo indagó dos casos, en los que la única prueba fue una radiografía en la que aparentemente faltaba un riñón. El premio, concedido por la agencia Efe y entregado por el Rey, provocó un incidente diplomático con EE UU, que coincide con prestigiosos científicos europeos en calificar este tráfico de leyenda.

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Ana Beatriz Magno no entendía ayer el revuelo internacional que ha desatado su premio. "Cuando desde Europa se dice que todo es una leyenda no comprenden que en Brasil todo se vive como una leyenda. Todo es muy dificil". El miedo y la dificultad es lo que, según dice, impidió a los padres de dos niños de ocho y cuatro años, supuestamente raptados en Brasil para robarles un riñón, denunciar el hecho a la, policía. La periodista sólo obtuvo una radiografía en la que, al parecer, faltaba un riñón, además de un informe escrito por médicos a los que no llamó para verificar el informe, admitió ayer. "Me lo enseñó el padre de uno de los niños que era médico. No lo denunció porque allí nadie recurre a la policía ya que las amenazas de los secuestradores son permanentes".Fueron los dos únicos casos que indagó, tal y como reconoció ayer, para la elaboración de una serie de artículos, publicados en julio de 1994 en el Correiro Braziliense y basados en su mayoría en otros aparecidos en prensa latinoaméricana y las investigaciones de otras dos periodistas, Maite Piñero y Marie-Monique Robín. "Me limité a citarlos sin emitir una opinión", indicó.

Se da la circunstancia, de que uno de los miembros del jurado que otorgó el premio a la brasileña es el director del diario hondureño La Tribuna, donde se informó sobre supuestas casas de engorde de bebés destinados a la venta que ella cita en su trabajo.

El hilo de la información sobre mercados de órganos se ha convertido en una madeja que ha tenido en danza a los mayores expertos en trasplantes. Roy Calne, profesor de cirugía de la Universidad de Cambridge, y considerado una autoridad mundial en este tema afirma que el Comité de Ética de la Organización Intemacional de Trasplantes, que ha presidido durante los dos últimos años, "no ha podido probar hasta la fecha ninguna acusación de tráfico de órganos. Si ahora hay nuevos indicios legales me gustaría conocerlos. De todos modos, las donaciones efectuadas en países industrializados precisan numerosos avales y son siempre comprobadas. Es difícil que un riñón extraído de forma ilegal llegue a un quirófano en España o el Reino Unido, por ejemplo".

Una mentira grosera

Aún admitiendo la posibilidad de que una mafia bien organizada sea capaz de robar órganos para trasplante, Calne insiste en que "todo son hipótesis no comprobadas". Un órgano precisa de un equipo médico muy especializado para su extracción. Conservado en frío, un riñón dura 48 horas en buen estado; un hígado, sólo 12 horas. "Aun así, dudo que en Estados Unidos no se analice el envío ni se demuestre su procedencia real", informa Isabel Ferrer.

En el mismo sentido se manifiesta Mario Scalamoña, uno de los responsables de Italia-Trasplant. "En Italia han circulado voces como en todas partes. Son leyendas que luego se amplifican simplemente por sensacionalismo. Es una mentira grosera. Un transplantado no pasa a la clandestinidad. Requiere tratamientos muy sofisticados, medicación compleja y un seguimiento que no se da al que sale de una estructura clandestina", informa Peru Egurbide.

La falta de pruebas y los requisitos técnicos son los mayores argumentos de rechazo para los especialistas. El coordinador español de trasplantes, Rafael Matesanz lleva años haciendo la misma pregunta: "¿Cómo es posible que de miles de supuestos trasplantados ilegalmente en el mundo no se haya sabido nada después, ni que uno sólo de sus médicos les haya preguntado sobre el origen del órgano?".

El destino de los órganos robados siempre es Europa y EE UU. "El Tercer Mundo salva vidas en los países ricos", reza uno de los titulares de Ana Beatriz Magno. A Estados Unidos, la denuncia le ha costado la agresión de algunos de sus ciudadanos en Latinoámerica bajo la sospecha de ladrones de órganos. De ahí que el propio gobierno estadounidense publicara hace un ano una investigación que analiza y pretende desmontar toas las informaciones aparecidas en este sentido. Entre ellas, las del Correiro Braziliense.

Compromiso de discreción

El informe, y también la advertencia personal de Rafael Matesariz, llegó tanto a la Casa Real como al director de la Agencia. Pero llegó días después de haberse concedido, aunque según Efe, el jurado se ratificó tras conocerlo. "Proporcioné al director de Efe toda la documentación técnica sobre este tema y además le dije que, en mi opinión, se trataba de una pura transcripción de otros artículos", recuerda Matesanz. Lo que consiguió entonces fue "un compromiso de discrección" a la hora de entregar el galardón "para no hacer daño a la donación". Matesanz lamentaba ayer que no hubiera sido así. "Al final, sólo ha sido una defensa del foro frente a Estados Unidos", indicó. Finalmente critica que "se ha involucrado el nombre del Rey, para dar una vitola de verosimilitud a lo que desde hace mucho tiempo se conoce como Una campaña de intoxicación internacional".

El jefe de redacción del diario Correio Braziliense, Ricardo Noblat, resaltó ayer que el reportaje de Ana Beatriz Magno, trata sobre adopción irregular de niños y no sobre el robo de órganos para trasplantes, tema que fue tratado apenas de forma lateral. Noblat subrayó que de las 30 páginas que ocupa el reportaje sólo dos hablaban de "sospechas registradas en varios países del mundo de trasplante ilegal de órganos". "No se trata de algo inventado, sino de un tema que ya ha sido tratado en varias crónicas de la prensa europea y ha sido objeto de informes de Médicos del Mundo", informa Ricardo Soca.

Pero tanto la información facilitada por Efe, como las copias de los artículos obtenidas por EL PAÍS, recogen al menos ocho titulares sobre el tema, mientras la propia portada del diario brasileño anuncia, el 23 de julio de 1994, la publicación al día siguiente de "una serie de reportajes sobre la mafia que compra, secuestra o asesina niños en el Tercer Mundo para alimentar la industria criminal de los trasplantes de órganos".

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